La pandemia de COVID-19 enfrió el entusiasmo popular en el debut de la selección colombiana de fútbol ante Venezuela por las eliminatorias al Mundial de Catar en la caribeña Barranquilla, donde a diferencia de otros años hoy no se ve el tradicional ambiente festivo.
EFE
En Barranquilla, donde Colombia clasificó a los últimos mundiales de fútbol, la selección siempre ha despertado gran pasión entre los aficionados, fervor que se manifiesta en cada rincón de los barrios con banderas, cornetas y disfraces.
Sin embargo, las restricciones impuestas por la pandemia harán que el partido de hoy en Estadio Metropolitano Roberto Meléndez se juegue sin público y que la gente evite las concentraciones en bares y otros comercios para hacer fuerza por la selección.
Las autoridades locales han invitado a la población a que siga el partido en casa, sin aglomeraciones de amigos para evitar un rebrote en la ciudad que hasta hace cuatro meses fue uno de los grandes focos de la pandemia en Colombia.
Según la Cámara de Comercio de Barranquilla, en partidos pasados de Colombia la economía de la ciudad movía unos 15.000 millones de pesos (unos 4 millones de dólares), cifra que en esta oportunidad está muy lejos de ser alcanzada.
NO HAY MOVIMIENTO
Carlos Palacio, desde hace años vendedor ambulante de camisetas y gorros de la selección en el parque Suri Salcedo, desistió este año de comercializar esos productos porque desde hace dos semanas se dio cuenta de que no hay clientela.
«Apenas fijaron la fecha de los partidos iba a encargar las camisetas con un primo que tiene una bodega, pero me di cuenta de que la gente no tiene entusiasmo y preferí no arriesgarme», dijo Palacio a Efe.
Como él, Julio Martínez, un venezolano que llegó a Barranquilla en febrero de 2017 y se gana la vida limpiando parabrisas de vehículos en las esquinas de la calle 72, una de las más transitadas de la ciudad y en donde tradicionalmente se festeja con mayor intensidad cuando juega la selección, también está decepcionado con la falta de movimiento.
Con un tapabocas de color vinotinto, como la camiseta de su país, Martínez cuenta que en otras ocasiones le ha ido bien vendiendo adhesivos en los semáforos, pero «hoy parece que a nadie le importa ni se entusiasma con el juego».
«Esto está rudo, porque para otros partidos se podía ver a la gente alegre y con banderas y calcomanías en los carros, además venía mucha gente de afuera, pero hoy el asunto está muy quieto», lamenta.
CONTROLES DE LA ACALDÍA
La Alcaldía de Barranquilla anunció operaciones para evitar las aglomeraciones de público tanto en los alrededores del estadio Metropolitano como en sitios donde tradicionalmente los hinchas se reúnen a celebrar.
Al respecto, el secretario de Gobierno, Clemente Fajardo Chams, indicó que inspectores visitarán todos los establecimientos de comercio, como bares, que cuentan con autorización para operar, con el objetivo de verificar que cumplen los protocolos de bioseguridad.
En Barranquilla solamente están autorizados 30 bares para abrir sus puertas.
El jefe de la Oficina para la Seguridad y Convivencia Ciudadana, Nelson Patrón Pérez, explicó que también habrá dispositivos de seguridad en los hoteles donde se hospedan las selecciones.
Aunque en Barranquilla ya fueron levantadas muchas de las medidas restrictivas por la pandemia y hay una importante reducción en el número de contagios y muertes, las autoridades piden no bajar la guardia ante el coronavirus que ha infectado a 38.864 personas y deja 1.682 fallecidos en la ciudad.
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