Serena Williams cayó ante la japonesa Naomi Osaka por 6-3 y 6-4 y se despidió del Abierto de Australia, frustrada por no conseguir su objetivo de ganar su vigésimo cuarto Grand Slam e igualar el récord de la australiana Margaret Court.
La nipona avanzó a la final del certamen, pero la noticia tras el encuentro fue la actitud de la norteamericana quien dejó entrever un posible retiro de las canchas.
“Ya está, se acabó”, se lamentó antes de desmoronarse ante la prensa. Sin embargo, fue durante la pregunta de un periodista donde las lágrimas empezaron a brotar de sus ojos, sin poder responderla y abandonando la sala. “Estás hablando de los errores no forzados a lo largo del partido, considerando lo bien que has jugado para llegar a esta etapa, ¿Qué sientes?”, fue la consulta.
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Ella sólo atinó a decir con la voz entrecortada que no lo sabía y, acto seguido, se levantó y se fue del recinto. Este jueves, al salir de la cancha tras su derrota, Williams también saludó al público como si estuviera despidiéndose. Sus declaraciones posteriores aumentaron las dudas sobre el futuro profesional de la tenista: “Si un día me despido, no se lo diré a nadie”, dijo, misteriosa.
“Es siempre un honor jugar contra ella y estoy muy contenta de tener el público de nuevo”, comentó por su parte Osaka tras alcanzar por segunda vez la final en Melbourne Park, en la que se enfrentará a la estadounidense Jennifer Brady (22).
“Cuando era pequeña la veía ganar todos esos títulos y ahora es diferente porque compito con ella de tú a tú”, explicó tras acercarse a la que podría ser su cuarta corona ‘slam’.
Williams cayó eliminada un día después de la derrota de Rafa Nadal ante el griego Tsitsipas.
Con información de Infobae
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