El informe del OVM reportó que cerca del 90% de los encuestados sufrió una caída de sus ingresos, mientras que el 80% manifestó que tiene cargas familiares, dentro o fuera de Venezuela.
El Observatorio Venezolano de Migraciones (OVM) de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), publicó este jueves su informe «reporte 2020: Situación de migrantes venezolanos recientes en el contexto del covid-19”.
De acuerdo con cifras emitidas por la oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para Refugiados (Acnur) cerca de 4,8 millones de venezolano han abandonado el país en busca de un mejor futuro para ellos y sus familiares.
Sin embargo, muchos de estos se han visto afectados ante la llegada de la pandemia del coronavirus a Sudamérica. La pérdida del empleo y la expulsión de sus viviendas han obligado a los mismos a regresarse a Venezuela.
El informe del OVM se levantó entre el 15 de marzo y el 15 de abril de 2020, sobre la base de un cuestionario para identificar la condición de la migratoria actual, la situación laboral, efectos sobre los ingresos, carga familiar, disponibilidad de recursos para manutención, solicitud de ayuda, aprobación de las medidas de los gobiernos para enfrentar la pandemia y la predisposición a retornar a Venezuela.
La ficha técnica especifica que la muestra seleccionada se basó en la lista de 9.320 correos electrónicos compilados a partir de las 12.957 entrevistas efectuadas a emigrantes venezolanos que dejaron el país, del 8 de abril al 5 de mayo de 2019.
De ese total se aplicó el cuestionario a un 20%, que arrojó al final 390 respuestas. Un 9% de los que respondieron reportaron estar de regreso en Venezuela, aunque en 2019 intentaron un proyecto migratorio. La casi totalidad de los participantes del estudio vive en Perú (29%), Colombia (23%), Ecuador (19%) y Chile (16%), con una fracción reducida de respuestas enviadas desde Argentina, España, Brasil y Panamá.
Sin dinero para comer
En este sentido, el informe del OVM reportó que cerca del 90% de los encuestados sufrió una caída de sus ingresos, mientras que el 80% manifestó que tiene cargas familiares, dentro o fuera de Venezuela.
De la misma manera, el documento indicó que el 66% de los encuestados depende de donativos para alimentarse, desde la entrada en vigencia de la cuarentena en los países donde residen; mientras que un 25% no posee dinero para comer, es decir que cuatro de cada 10 personas se quedaron sin empleo. “Uno de cada cuatro no tiene dinero para comer”, señala.
“En la muestra estudiada de migrantes venezolanos 42% reportó que perdió su empleo y 46% declaró que tiene un empleo. Entre estos últimos la situación más común es la permanencia en casa sin laborar (22%), solamente 3% hace trabajo desde casa, luego hay 10% que tiene empleo y sale a trabajar con autorización y una fracción similar que aunque no está autorizado igualmente sale a trabajar porque hay necesidad”, expresa el reporte.
Según la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi) realizada en 2018, se calculó que casi medio millón de hogares eran perceptores de remesas, pero con posterioridad a esa medición aumentó considerablemente la intensidad de la emigración venezolana con lo cual las estimaciones más recientes reportan que las remesas llegan a más de 2 millones de hogares.
“Los pronósticos apuntan a que quienes tienen responsabilidades por cargas familiares en Venezuela enfrentarán dificultades para el envío de ayudas económicas/transferencias al país y ello hará recular de nuevo la capacidad de consumo que había experimentado cierta reactivación en el año 2019”, alerta el documento del OVM.
Asimismo, uno de los datos más reveladores de la encuesta realizada por el organismo académico, reportó que el 33% de los venezolanos encuestados solicitó ayuda para alimentarse o alimentar a su grupo familiar “solo el 46% de esta fracción, dijo no haber recibido el auxilio requerido”.
Igualmente, en el análisis de los datos se tiene en cuenta que la contención del coronavirus “ha generado pérdidas de millones de empleos y la consecuente caída de los ingresos por trabajo de las personas y en los hogares, siendo las personas migrantes un grupo de mayor vulnerabilidad por las condiciones de informalidad y precariedad de su inserción laboral”.
En relación al desalojo de las viviendas y el corte de los servicios públicos por falta de pagos, el informe destacó que solo el 15% de los venezolanos habían sido expulsados de sus moradas, mientras que solo el 11% de los mismos manifestó haber entrado en estado de mora de los servicios públicos. 20% de los encuestados indicó haber entrado en situación de irregularidad migratoria por la suspensión de los trámites legales.
La salud está primero
Por otro lado, 15% ha tenido restricciones para acceder a los servicios de salud. Mientras que el 61% de los entrevistados dijo estar de acuerdo con las medidas tomadas en el país donde reside para frenar el covid-19; sin embargo, 52% opina que esos controles no tuvieron en consideración las necesidades de los migrantes.
Las encuestas realizadas por Equilibrium-CenDE a migrantes venezolanos en Perú, Ecuador y Colombia también coinciden al reportar un alto porcentaje de respuestas que aprueban la gestión de los gobiernos respectivos, aunque también interpretan que las mismas no toman en cuenta a la población migrante venezolana.
En relación a las medidas tomadas por el régimen de Nicolás Maduro para frenar la pandemia, se encontró que un porcentaje alto de venezolanos se abstuvo de responder (25%) o expresaron desconocerlas (19%), mientras que solamente 29% de los casos opinaron afirmativamente.
Para el momento de la encuesta, 61% manifestó no reportar síntomas de la enfermedad. Solo el 19% señaló haber tenido algún síntoma del virus, mientras que el 20% se abstuvo de responder.
El retorno como una opción
Los investigadores del OVM estiman que las cifras de retornados al territorio nacional, producto de la emergencia sanitaria, son “discretas”, en comparación con el volumen de la población que salió por tierra entre 2017 y 2019.
Atribuyen ese comportamiento a las restricciones a la movilidad impuestas por diferentes gobiernos, en particular el de Colombia, que busca evitar un retorno “desordenado” a través de sus fronteras y a la incertidumbre sobre la situación de Venezuela.
En este sentido, ante la pregunta “¿ha pensado retornar a Venezuela debido a las adversidades que enfrenta por la aparición del covid-19?”, 16% de los encuestados decidió no saber y mientras que otro 20% no respondió la interrogante.
Paralelamente, 31% dijo que sí considera regresar al país y otro 34% descartó la idea. Un 50% no cree que tenga en Venezuela mayores garantías para atender su salud.
“Regresar a Venezuela puede suponer contar, al menos, con un techo donde acobijarse y recibir algún apoyo de las redes familiares (…) En el caso de Venezuela, se constata que el régimen de Maduro contribuye con la exacerbación de sentimientos recriminatorios (…) Toda esa carga negativa en el discurso oficial puede acarrear serias dificultades en la reintegración social de los migrantes retornados”, reflexionan en el informe.
Por último se destaca que en este estudio se exploró sobre la predisposición a retornar entre las personas encuestadas encontrándose que 34% no ha considerado esa opción, mientras que 31% respondió afirmativamente y 16% no lo tiene claro.
Asimismo, se preguntó por la opinión de los encuestados acerca de si podrían tener mayores garantías de protección social y atención en salud en Venezuela en comparación con el país donde residen actualmente. La mitad de los encuestados respondió negativamente, 16% estima que sí tendría mayor protección en Venezuela y 14% tiene dudas al respecto.
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