Singapur celebra unas elecciones anticipadas este viernes 10 de julio, abocada a su primera recesión en dos décadas por la pandemia, mientras busca aprovechar la inestabilidad en Hong Kong para convertirse en la capital financiera de Asia.
EFE
El primer ministro, Lee Hsien Loong, anunció el pasado 23 de junio la convocatoria de elecciones anticipadas, previstas para 2021, con el objetivo de dar una mayor estabilidad política de cara a trabajar en la recuperación económica tras el impacto de la COVID-19.
Según los últimos datos oficiales, la economía de la ciudad del león sufrirá este año una contracción de entre 4 y 7 por ciento de su Producto Interior Bruto, su primera recesión desde la crisis financiera de 1998. La estabilidad política de la ciudad-Estado, donde el Partido de Acción Popular, que lleva en el poder desde la independencia en 1965, vuelve a partir como favorito en estos comicios, es uno de los atractivos de esta pequeña nación de 5,7 millones de habitantes y que alberga a más de 1.500 instituciones financieras y aseguradoras.
El crecimiento económico singapurense ha sido imparable en las últimas décadas y le ha permitido transformarse en una lujosa y moderna metrópoli multicultural donde en sus rascacielos proliferan oficinas de bancos y sucursales de entidades financieras procedentes de todo el mundo.
MANTENER LA CONFIANZA Y LA REPUTACIÓN DE LOS INVERSORES
Durante un discurso el domingo, el primer ministro Lee Hsien Loong, quien revalidará casi con toda seguridad su cargo en las urnas, destacó como asunto de vital importancia que Singapur mantenga su «buena reputación» y «confianza» entre los inversores globales para afrontar la crisis económica derivada de la pandemia. «Con un país tan abierto y dependiente del comercio, es normal que sea de los primeros en entrar en recesión, pero a la vez será de los primero en salir.
Sin duda se recuperarán», asegura a Efe Jeffrey Halley, analista económico de la consultora OANDA. Sin embargo, Liuqing Yu, de The Economist Intelligence Unit, cree que Singapur afrontará retos a medio y largo plazo, como una posible «ola de desempleo» cuando acaben los subsidios gubernamentales, «un desplome del comercio» o su «rol como sede regional» si se extiende la práctica de teletrabajo. La crisis económica global y la recesión en Singapur «no debería afectar a la ambiciones (de la ciudad-Estado) de desarrollar aún más su sistema financiero», apunta a Efe Antonio Fatás, profesor de Economía en la escuela de negocios INSEAD.
En estos momentos de incertidumbre, Singapur busca aprovecharse de la inestabilidad imperante en Hong Kong, su principal rival financiero, que lleva un año sumergido en protestas callejeras y que estrena una draconiana Ley de Seguridad impuesta por Pekín. «Los centros financieros no desaparecen de la noche a la mañana. Hong Kong permanecerá siendo atractiva por su conexión con China continental.
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