Tras la llegada del coronavirus, quienes se dedican al trabajo odontológico han tenido que llevar las medidas de seguridad al extremo para evitar un contagio al estar tan próximos a la cavidad oral de los pacientes.
Manuela Reyes Gómez | La Prensa del Táchira.
Aunque estos especialistas siempre han utilizado equipos de protección e higiene como cubrebocas y guantes, hoy día, se ven obligados a aumentar los protocolos de protección.
«Se hace un llenado de historia al paciente donde se le pregunta si ha presentado síntomas de covid-19 en los últimos 15 días», relata la doctora Adriana Fernández, quien además, antes de atender al paciente lo rocía con una mezcla de pursue, gerdex y alcohol.
«Trabajamos a portón cerrado, al momento de llegar el paciente debe ingresar con su tapabocas, se desinfecta la suela de los zapatos con cloro en dos envases uno para cada pie para ingresar al área común o área de espera», relata la especialista.
Además, antes de ser atendido «el paciente se sienta en la silla y, antes de ser evaluado, debe enjuagarse con Dioxogen y bicarbonato».
«Todo eso no asegura que el paciente no llegue a la consulta con covid-19 y nos pueda contagiar, pero hacemos lo posible para evitar la contaminación de nosotros como personal de la salud, como de los pacientes que atendemos», afirma.
La doctora Brenda Pinto, también atiende con máximo cuidado a sus pacientes y, al igual que Fernández, prepara una mezcla de agua con bicarbonato antes de empezar a trabajar en el paciente.
«Al principio me daba un poquito de miedo trabajar por la cuestión de que el odontólogo está sumamente en contacto con la cavidad oral y con la saliva y los fluidos, y ese es el primer vector de contagio, pero en vista de que las emergencias odontológicas siguen, existen unas barreras de bioseguridad que como odontólogos siempre hemos seguido», relata Pinto.
Dra. Brenda Pinto
Comenta que a la llegada del paciente, este debe proceder a lavarse las manos o se le rocía alcohol en las manos, además, se mantiene la silla y el resto del consultorio desinfectado, así como otras áreas como los baños. «Trato de mantener todo limpio con desinfectante y cloro. Mientras uno tenga las barreras de bioseguridad no hay problema».
El odontólogo y el asistente atienden con su uniforme quirúrgico, bata normal y bata quirúrgica, gorro, guantes, tapabocas y careta, todo un equipo que, a pesar de las incomodidades, deben portar por su propio bienestar.
La consulta no es igual
La doctora Mary Montangu, comparte que la consulta «no es igual que antes». Las especialistas consultadas coincidieron en que la cantidad de pacientes ha variado desde el inicio de la cuarentena, siempre hacia la baja, ya sea por la situación económica o por temor al contagio.
La doctora Pinto afirma que los pacientes han mermado «por la cuestión del miedo porque los pacientes tienden a pensar que todo lo que el odontólogo utiliza es reusable y que eso lo usamos con todos los pacientes», cuando los insumos son desechables y únicos a cada paciente.
Además, Montangu y Fernández relataron que trabajan una vez a la semana, a diferencia de la doctora Pinto que ofrece sus servicios de forma diaria. En muchos casos las consultas se dan por horas, de manera que los pacientes lleguen al momento de su consulta y evitar la aglomeración de personas. Afirman que pueden atender de 3 a 8 pacientes en promedio, lo que ha hecho la jornada, en algunos casos, más productiva.
Con respecto a los insumos que utilizan, afirmaron contar con lo que necesitan y aunque los productos que utilizan son colombianos, afirmaron que en la ciudad cuentan con proveedores que les hacen llegar los equipos e implementos que requieren.
De este modo, el servicio odontológico continúa bajo estrictos protocolos de seguridad como parte de la «nueva normalidad» a causa del coronavirus.
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