Osvaldo Espínola y José Medina, futbolistas de la Selección Paraguaya Indígena, han cambiado la cancha por las clases de deporte virtuales para promover la actividad física durante la cuarentena por el COVID-19, y acercar el mensaje a sus comunidades en sus respectivos idiomas nativos.
Noelia F. Aceituno / EFE
Espínola, a la espera de licenciarse en Educación Física cuando llegue el final de la pandemia del coronavirus SARS-CoV-2, se estrenó esta semana como profesor virtual, con Medina como alumno, con una clase de 15 minutos en guaraní y español, dentro de la iniciativa «Deporte Virtual», promovida por la Secretaría Nacional de Deportes (SND).
«Hoy en día, no me toca estar en lado que yo siempre quería, que es en la cancha. Ahora hago lo que los demás hacían por mí, que es enseñar, y es lo que quiero el día de mañana, hacer lo que mis profesores hacían: enseñar, ayudar a los demás a superarse y ayudar a la mayoría de los pueblos indígenas a ser mejores», dijo este jueves a Efe este joven del pueblo guaraní ñandeva, en el Chaco paraguayo.
En su estreno como profesor virtual, reconoció que le costó «un poco» pasar de estar cerca de las personas a tener que estar «mirando una cámara» para emitir un programa que «están viendo más de 100 personas».
La próxima semana las clases serán en lengua maká y cambiarán los papeles: Medina será el entrenador y Espínola se pondrá a sus órdenes.
«Nos quedamos en casa, pero tenemos que hacer algo y, si no tenemos elementos, tenemos que agarrar cualquier cosa en la casa para hacer ejercicios», explicó Medina, que pertenece a la comunidad maká de Mariano Roque Alonso, localidad próxima a Asunción.
Sin excusas para justificar la pereza y el sedentarismo, sus entrenamientos virtuales apenas requieren conos, una pelota y una escalera pliométrica para un «entrenamiento funcional».
«Son ejercicios muy fáciles de hacer con cosas que tenemos en casa, con el cuerpo mismo, porque en el entrenamiento funcional uno trabaja con el peso del cuerpo y hace movimientos que hacemos en el día a día», comentó Espínola.
CAMPEONES MUNDIALES DE FÚTBOL INDÍGENA
Espínola y Medina vienen trabajando juntos desde hace algunos años, cuando empezaron a entrenar para la Copa Americana de Pueblos Indígenas, celebrada en Chile, en 2015, o los Juegos Mundiales de Pueblos Indígenas 2017, en Canadá.
Ambos presumen de haber conseguido que su selección pasara a la historia como campeona invicta en ambos torneos y mantienen su espíritu de victoria, pero también el recuerdo del esfuerzo previo, para afrontar la cuarentena sanitaria que rige en Paraguay desde principios de marzo.
Medina, de 32 años, aseguró que su futuro «está ya lejos del fútbol» y se dedica, como los miembros de su comunidad, a trabajar la artesanía textil, aunque no olvida su paso por la selección.
«Jugué en la selección indígena. Es difícil estar con el trabajo, pero fue un sacrificio», señaló al rememorar la época en la que debía entrenar después del trabajo.
Su compañero Espínola también habló de la dificultad de los primeros entrenamientos, cada diez o 15 días, que fueron saliendo adelante con «la coordinación que tuvieron los profes».
De aquellos días, el joven chaqueño, de 25 años, se queda con la unidad que se iba fraguando entre los jugadores, cada uno de etnias distintas y con ello, también diferentes idiomas.
«El profesor siempre me decía que enseñara a los demás a hablar guaraní, porque era nuestra lengua dominante y los demás afuera no nos entendían. Fuimos practicando de a poco, les decíamos ‘Eju ápe’ (ven aquí, en español). Teníamos que hacer las señas y explicarles qué significaba», contó Espínola.
Mientras Espínola y Medina graban sus clases, su entrenador y técnico deportivo de la SND, Marcos Coronel, el «profe» del que hablaba Espínola, les observa.
Él fue uno de los impulsores de la Selección Indígena en 2015, tras recibir una invitación del Gobierno de Chile para celebrar en el torneo que se jugaba ese año.
«Tuvimos un trabajo bastante fuerte, porque cada comunidad, cada etnia tiene su religión, su trabajo, su forma de vida, su dialecto… Pero nosotros somos amantes del deporte y pudimos lograr el objetivo, que fue haber salido invictos de la Copa América de Chile», manifestó Coronel en declaraciones a Efe.
Tras años de trabajo en la cancha y en sus distintas comunidades, Coronel se siente «lleno de orgullo» al ver a dos de sus jugadores como profesores virtuales, con la oportunidad de que «sus comunidades vean lo que ellos saben».
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