En el Hospital Pediátrico de Barquisimeto las consultas van palo arriba. Desde que arrancó la pandemia del coronavirus el centro médico infantil ha visto cómo la cantidad de pacientes recibidos por día se duplica. La emergencia y el servicio habilitado para tratar a pacientes con sintomatología respiratoria serían las áreas de mayor demanda.
Osman Rojas | La Prensa de Lara
Aunque desde la institución no hay información sobre el número de pacientes que llega cada día, médicos del Agustín Zubillaga estiman que el promedio al área de consultas pasó de 150 a 200 pacientes por día durante la pandemia. El área de sintomatología respiratoria sería la de más demanda por miedo al vínculo entre un resfriado común y la COVID-19.
«Hay mucho miedo dentro de la población y eso es normal. Hay madres que, apenas ven que el niño tiene diarrea o fiebre lo llevan a consulta para hacer cualquier descarte», señalan fuentes internas del Hospital Pediátrico. El informante detalla que, los problemas respiratorios, las diarreas y las intoxicaciones siguen siendo los principales motivos de ingreso dentro de la institución.
De acuerdo a lo explicado por las personas consultadas dentro de la institución, un paciente debe esperar, en promedio una o dos horas para ser atendido. El caos es mucho mayor los fines de semana cuando los especialistas no van y sólo se trabaja por guardia.
«Son impresionantes las colas que se forman en la Emergencia para poder ver a un paciente. Hay niños con mucho dolor y deben aguantarlo porque el personal que está de turno está abollado. Hay madres que lloran de desesperación pidiendo un cupo y no las pueden atender porque hay otro caso crítico que también requiere atención», decía la señora Zulay Montilla, madre de un niño hospitalizado en la Emergencia del Agustín Zubillaga.
Las personas relatan que una vez estando adentro la atención es «buena»; sin embargo, la paciencia que deben tener las personas cuando van sin una palanca es lo que más indigna. «Hay pacientes referidos que pasan de una vez sin hacer cola, pero el pueblo de a pie tiene que esperar. Son hasta dos horas en una fila para poder atender a un niño», relata Montilla.
Sin médicos
Otra de las quejas frecuentes de las personas consultadas por el diario LA PRENSA era la falta de médicos dentro del Hospital Pediátrico. Los entrevistados aseguran que, dentro de la institución, no hay neurocirujanos, por ejemplo, y deben buscar la opinión de estos especialistas afuera.
Gleidys Cordero, tía de una niña hospitalizada, cuenta que, cada vez que necesitan la opinión de un experto la familia debe pagar hasta 30 dólares en una consulta.
«Eso es uno de los puntos negativos dentro del Pediátrico. El personal que está se entrega por sus pacientes, pero hacen falta especialistas. Eso es un problema que se debe solventar», señala la mujer.
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