El Senado brasileño aprobó este miércoles un proyecto de ley que prohíbe desactivar los hospitales de campaña destinados para pacientes con covid-19, hasta que no avance la vacunación en los municipios donde estén instalados.
EFE
El texto, que seguirá ahora su trámite en la Cámara de Diputados, estable que los hospitales de campaña podrán ser desmontados por los gobiernos regionales o municipales cuando más del 70 % de sus habitantes estén inmunizados contra el nuevo coronavirus.
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Los senadores también incluyeron un segundo supuesto al permitir que las autoridades locales puedan cerrar los hospitales de campaña cuando haya camas suficientes disponibles en sus redes sanitarias.
El año pasado, los hospitales de campaña, al atender casos de covid-19 de menor gravedad, ayudaron a desahogar los sistemas públicos de salud de muchas capitales regionales del país, como Sao Paulo, Río Janeiro y Belo Horizonte.
La gran mayoría de ellos cerraron en la segunda mitad de 2020, coincidiendo con un descenso en el número de contagios y fallecidos asociados a la enfermedad.
La pandemia, sin embargo, volvió a agravarse a partir de noviembre pasado, en lo que algunos especialistas calificaron de «segunda ola», aunque el país nunca terminó de dejar atrás la primera.
En la actualidad, la media diaria de muertes por covid-19 se ha situado nuevamente por encima del millar, si bien muchos estados y municipios, a pesar de registrar peores cifras, decidieron no volver a montar hospitales de campaña con el argumento de que habían ampliado la capacidad de la red sanitaria tradicional.
Ello no impidió que algunas entidades federativas, especialmente las de la región amazónica del norte, vieran sus hospitales completamente desbordados.
En este contexto, el estado de Amazonas (norte), que además tuvo que lidiar con la falta de oxígeno, se vio obligado a reabrir su hospital de campaña en Manaos, la capital regional. Lo mismo hicieron los estados de Roraima (norte) y Paraíba (nordeste).
«La institución de los hospitales de campaña ha sido una medida de gran importancia para asegurar la manutención de la asistencia prestada frente a la gran demanda como consecuencia de la covid-19», indicó el senador Marcelo Castro, ex ministro de Salud e instructor del proyecto en la Cámara Alta.
Algunos senadores cuestionaron la constitucionalidad del proyecto bajo la premisa de que la gestión de los hospitales de campaña es una competencia de los estados y municipios y no del Poder Legislativo federal.
Pero otros subrayaron que la propia Carta Magna brasileña prevé la competencia del Estado, así como de los gobiernos regionales y municipales, para legislar sobre temas sanitarios.
Brasil, con una población de 212 millones habitantes, es el segundo país del mundo, después de Estados Unidos, con mayor número de muertes asociadas al nuevo coronavirus, con casi 235.000, y el tercero con más contagios, con 9,65 millones, sólo por detrás de EE.UU. e India.
Según las secretarías regionales de Salud, hasta la fecha ya han recibido la primera dosis de alguna de las vacunas autorizadas unos 4,32 millones de personas en Brasil.
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