Los comerciantes monaguenses tuvieron respiro desde el pasado 5 de junio cuando el gobierno de Nicolás Maduro anunció un nuevo esquema de flexibilización de la cuarentena, el cual consiste en siete días de trabajo y siete días de confinamiento estricto. Aunque no todos los comercios en Maturín han cumplido a cabalidad esta medida, la mayoría coincide en un mismo punto: 50 % de pérdidas en las ventas a pesar de las semanas de flexibilización.
A medida que los casos del nuevo coronavirus siguen aumentando en Venezuela, los comerciantes se han tenido que adaptar a las políticas preventivas que el Estado ha puesto en marcha. Afirman que para recuperar sus negocios deben trabajar más de siete días a la semana. La inactividad y reducción de inventarios ha afectado: registran 50 % de pérdidas en las ventas y sus ingresos son mínimos en comparación con el inicio del 2020.
Recortar la nómina y trabajar aún en los días cuando la cuarentena se vuelve estricta, por órdenes gubernamentales, han sido algunas de las vías que han tomado los comerciantes para “salvar” sus negocios.
Todo esto del coronavirus nos tiene bastante apretados. Aquí en la tienda he tenido que despedir a dos muchachas porque ya el presupuesto no me alcanza para mantener el personal que siempre he tenido. Este local estuvo casi tres meses cerrado, porque como no vendemos comida ni nada de prioridad. Entonces, fueron casi tres meses sin trabajar e igual teníamos que pagar a los empleados. Es un quiebre”, señaló Jairo Lozada, propietario de un negocio de cosméticos.
Algunos se han visto obligados a reducir la nómina. Foto: Natacha Sánchez.
En Monagas las normas parecen no cumplirse de acuerdo con lo que relatan los comerciantes en la entidad. En su mayoría afirmaron que trabajan sin importar los riesgos porque deben pagar alquileres, pese a que el vicepresidente para la economía, Tareck El Aissami, anunció desde marzo la suspensión del pago de arrendamiento de uso comercial por seis meses.
El Gobierno viene a querer cerrarnos los locales cuando no estamos en flexibilización y entendemos que hay que prevenir. Pero las reglas deben ser para todos. Entonces nos prohíben trabajar pero los dueños de los locales nos cobran alquiler cuando habían dicho que eso estaba suspendido. Tenemos que trabajar porque ni con esos siete días de normalidad nos podemos recuperar”, sentenció Katherine Azocar, encargada de un negocio de venta de teléfonos.
Aunque los comerciantes coinciden en que la pandemia ha afectado fuertemente su economía, hay quienes destacan que la flexibilización no ha cambiado para nada sus rutinas de trabajo.
A Manuel Bermúdez el esquema de flexibilización 7×7 no lo ha afectado. Comentó que no ha dejado de trabajar, incluso en los días que no corresponde. A pesar del riesgo al que se expone, trabajar es la prioridad. Su negocio de venta de jugos es su único ingreso.
50% de pérdidas
“El 7×7 no nos ha afectado porque nosotros siempre hemos estado trabajando, aun en los días que no se puede. Cuanto toca la semana de cuarentena se vende menos, porque hay menos gente en la calle. Hasta ahora no hemos perdido mercancía porque hemos comprado menos de lo que solíamos comprar. Todo esto ha sido muy fuerte”, destacó Bermúdez
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