Las autoridades australianas anunciaron este miércoles que mantendrán el confinamiento de los casi 6,7 millones de habitantes del estado de Victoria, el segundo más poblado del país, hasta que se administre la primera dosis de la vacuna contra la covid-19 a un 70 por ciento de su población adulta.
Este anuncio sigue la línea de un plan nacional de reapertura por fases basado en la vacunación de los más 25 millones de habitantes de Australia, país que ha apostado por los duros confinamientos para hacer frente a la covid-19 y que ahora afronta una tercera ola que se originó a mediados de junio en la ciudad de Sídney.
La extensión del confinamiento decretado en Victoria hace cuatro semanas responde a la persistencia de los contagios locales en esta jurisdicción, que reportó este miércoles 120 casos comunitarios y dos fallecidos, con lo que acumula más de mil desde el inicio de este brote en Melbourne.
«Hemos ido con todo, pero ahora tenemos claro que no vamos a bajar estas cifras sino que van a aumentar», dijo el jefe de gobierno de Victoria, Daniel Andrews, en una rueda de prensa en Melbourne al justificar la extensión de la casi totalidad de medidas vinculadas a este estricto confinamiento.
Andrews explicó que una vez que se alcance el objetivo de vacunación en Victoria, probablemente para el 23 de septiembre próximo, se relajarán las medidas referidas a los desplazamientos o los límites al número de albañiles en una construcción, entre otras.
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