ntre la primera ola y la segunda, los hospitales pudieron respirar. No se vaciaron, pero el número de pacientes con covid-19 cayó bastante en casi todos. Ahora el escenario es diferente. Sea una continuación de lo vivido en octubre y noviembre lo que estamos viviendo o una tercera ola, la realidad es que el aumento de los casos puede impactar en unos hospitales cuya ocupación por enfermos de coronavirus aún es bastante alta, sobre todo en las UCI.
La ocupación general (sea cual sea el tipo de cama) está en el 9,24%, según el último informe del Ministerio de Sanidad. En las UCI, la ocupación es del 19,98%. El 14 de septiembre, cuando España superó por primera vez la incidencia acumulada de 250 casos por 100.000 habitantes en 14 días desde la primera ola, la ocupación de camas UCI era del 8,5% (no había datos de ocupación general).
El documento ‘Actuaciones de respuesta coordinada para el control de la transmisión de COVID-19’, pactado por el Gobierno y las comunidades autónomas en octubre, fija en el 10% y el 15% los umbrales en los que ambos indicadores entran en nivel de alerta alto. El muy alto los sitúa en el 15% y el 25%.
Ese ascenso de la curva de contagios puede provocar el empeoramiento de las UCI, que en algunas comunidades no han dejado de estar llenas. El suelo desde el que afrontan una posible tercera ola es más alto que al comienzo de la segunda. Según el último informe, Castilla y León, Cataluña, Comunidad Valenciana, Madrid, Melilla y La Rioja están por encima del 25%. Asturias, Baleares y Castilla-La Mancha superan el 20%. Y Aragón, Cantabria y el País Vasco superan el 15%. El Ministerio de Sanidad ha aprendido la lección, al menos en lo que se refiere a la comunicación.
En agosto tardó en reaccionar a la mala evolución de la pandemia y los mensajes que lanzaban Fernando Simón y Salvador Illa no se correspondían con los datos. A principios de octubre, un estancamiento llevó al director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES) a hablar de un posible descenso en la curva, algo que no sucedió: España, como el resto de Europa, vivió durante las siguientes semanas un rápido aumento de los casos, lo que provocó que los hospitales volvieran a llenarse y que noviembre fuera el mes con más muertes desde abril.
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