La presión para que el Gobierno de Canadá dé a conocer sus previsiones de muertes que COVID-19 puede causar en el país aumentó este viernes cuando la principal provincia del país, Ontario, dijo que calcula que entre 3.000 y 15.000 personas morirán en la jurisdicción.
EFE
El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, se limitó a señalar hoy durante su conferencia de prensa diaria que Ottawa compartirá las cifras «en los próximos días» después de días de presión por parte de los medios de comunicación para que Ottawa proporcione sus previsiones.
Trudeau justificó el retraso, a pesar de que muchos países e incluso varias provincias del país han dado a conocer sus proyecciones, al señalar que «necesitamos asegurarnos que tenemos un mejor entendimiento de los datos antes de publicar las proyecciones».
El líder del Partido Conservador, el principal partido de la oposición, Andrew Scheer, también solicitó este viernes a Trudeau que proporcione las cifras de los escenarios que maneja el Gobierno.
«Trudeau dice que su Gobierno está siendo guiado por la evidencia. Es el momento de dar a conocer esa evidencia», declaró Scheer durante una rueda de prensa.
Poco después de la comparecencia de Trudeau, Ontario dijo que entre 3.000 y 15.000 personas pueden morir en la provincia a causa de COVID-19, un brote epidémico que podría prolongarse hasta dos años.
El máximo responsable del sistema sanitario de Ontario, el doctor Peter Donnelly, aseguró que si Ontario no hubiese adoptado las medidas de distanciamiento social y el cierre de todas las empresas que no son esenciales, la cifra de muertos se habría elevado a 100.000.
Donnelly afirmó que la mortalidad de COVID-19 es 10 veces superior a la gripe, una enfermedad que cada año mata en Ontario hasta 1.500 personas por lo que la cifra de 15.000 muertos ofrecida por los responsables de la provincia «es totalmente lógica y comprensible».
Las últimas cifras de hoy señalan que 12.549 personas han contraído COVID-19 en Canadá, 1.264 más que ayer, y que 187 personas han muerto en el país a consecuencia de la enfermedad.
La provincia más afectada es Quebec, con 6.101 casos confirmados y 61 muertes, seguida por Ontario con 3.2554 casos y 67 muertes.
Pero lo casos en Ontario se están duplicando cada cuatro días por lo que hoy, el gobierno provincial redujo el número de actividades consideradas esenciales para ralentizar la propagación de la enfermedad.
Ontario, como las principales provincias del país, han recomendado a sus habitantes que se mantengan en sus hogares a menos que sea para comprar o por necesidad.
Pero la llegada del buen tiempo tras el duro invierno canadiense hace temer a las autoridades que las medidas voluntarias no serán respetadas por una parte significante de la población, lo que impedirá ralentizar el ritmo de propagación de COVID-19.
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