Empezaron a utilizarse como una recomendación y han terminado siendo obligatorias en España y muchos países. La mascarilla se ha convertido en un elemento imprescindible en nuestro día a día, mientras se multiplican los mensajes falsos que animan a dejar de usarlas.
EFE
Los «antimascarillas» son uno de los colectivos negacionistas de la COVID-19 más activos, pese a que se ha demostrado que este elemento de protección es una barrera frente a la COVID-19 y que su uso correcto es seguro para la salud.
Ello, siempre que se respete la vida útil de cada tipo de mascarilla. «Hay que ser conscientes de que las mascarillas no duran siempre ni son efectivas de por vida», avisan desde la Asociación de Empresas de Equipos de Protección Individual (Asepal).
«Desaconsejamos darles un segundo uso dándoles la vuelta o incumpliendo las recomendaciones explicadas”, indica la asociación en una guía básica de uso.
Las mascarillas reutilizables hay que desinfectarlas de forma adecuada. Por ejemplo, lavándolas a 60 grados, como recomienda el Ministerio de Sanidad. Además, es bueno que se sequen al aire en las siguientes dos horas tras el lavado y no en el horno, en el microondas o en secadoras, porque podría dañarse el tejido.
Más recomendable incluso que meterlas a la lavadora es higienizarlas mediante irradiación germicida ultravioleta o con peróxido de hidrógeno vaporoso, según la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC). Si se cumplen sus normas de uso, estaremos protegidos frente al coronavirus y el mayor peligro será el de caer en algunos de los bulos más populares de los “antimascarillas”.
EL USO DE MASCARILLAS NO PROVOCA HIPOXIA NI INTOXICACIÓN
Una de las falsedades más extendidas en las redes sociales y a través de WhatsApp es que las mascarillas provocan hipoxia o déficit de oxígeno en la sangre; en relación con esta afirmación, se llega a decir que su utilización puede intoxicarnos al inhalar el propio CO2 que emitimos al respirar.
La realidad es que, aunque las mascarillas pueden propiciar una sensación de ahogo en determinadas situaciones, no hay pruebas de que su uso genere «hipoxia, acidificación del organismo o intoxicación por inhalación del propio CO2», confirma a EFE el médico e investigador Jaime Barrio, del Consejo Científico del Colegio Oficial de Médicos de Madrid (Icomem).
La razón es que las mascarillas “no están cerradas al paso de aire”, ya que el material de la que están hechas permite que “entre el oxígeno y se elimine el dióxido de carbono” con normalidad, precisa este experto.
LAS MASCARILLAS NO PROVOCAN INFECCIONES, SI SE RENUEVAN O LAVAN
Otro de los bulos que más temores despierta entre los internautas es el que asegura que se pueden contraer infecciones por las bacterias que crecen en el interior de las mascarillas, como muestran algunos vídeos viralizados en Internet.
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