Al menos 13 personas fueron ejecutadas el pasado 22 de abril tras ser declaradas culpables de cargos de terrorismo «demasiado amplios y vagos», denunció este miércoles Amnistía Internacional (AI), que manifestó que el proceso tuvo «una alarmante falta de transparencia».
EFE
La organización indicó en un comunicado que 11 de estos hombres fueron condenados por pertenecer al grupo yihadista Estado Islámico (EI), mientras que los otros dos fueron declarados culpables de delitos relacionados con el terrorismo «tras un juicio manifiestamente injusto» y tras permanecer detenidos desde 2008.
Los abogados de estos dos hombres y sus familiares denunciaron a Amnistía de que fueron «torturados y luego obligados a firmar documentos que no les permitían leer» y que, de acuerdo con el letrado, el juez les comunicó posteriormente de que se trataba de sus confesiones.
«El uso de la pena de muerte es atroz en todas las circunstancias, pero llevar a cabo ejecuciones tras juicios manifiestamente injustos pone de relieve la crueldad de esta injusticia”, afirmó en la nota el investigador de AI para Irak, Razaw Salihy.
Los 13 condenados fueron ejecutados en la infame Prisión Central de Nasiriya, en la provincia meridional de Di Qar y donde se aplican gran parte de las condenas a pena de muerte en Irak, país que en todo 2022 ejecutó a un total de 11 personas, según AI.
Por otra parte, Amnistía manifestó su preocupación de que «muchas más personas hayan sido ejecutadas en secreto en medio de una inquietante falta de transparencia respecto a las ejecuciones en Irak en los últimos meses».
Asimismo, recordó que medios locales informaron el 25 de diciembre de 2023 sobre las ejecuciones de 13 hombres, en lo que fue la primera ejecución masiva registrada en el país desde noviembre de 2020.
Según la ONG, más de 8.000 presos están condenados a pena capital en la actualidad, mientras que unas 150 personas corren «riesgo inminente» de ser ejecutadas después de que el presidente de Irak Abdellatif Rashid, ratificara sus condenas, un requisito indispensable para que éstas se lleven a cabo.
Las ejecuciones en Irak se llevan a cabo por ahorcamiento, pero muchas de las sentencias a pena de muerte emitidas por tribunales iraquíes no llegan a ser aplicadas al requerir de un largo proceso administrativo y la ratificación del presidente, algunos de los cuales eran conocidos por ser objetores de conciencia.
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