MarinaBogush, cuñada de un desaparecido, saca de su armario un folder color violeta, luego lo voltea y muestra la primera página donde se ven los rostros de 11 hombres, la mayoría sonriendo. Apunta hacia la foto de la mitad y dice: “Este es mi hermano y todos estos hombres desparecieron con él en un día”.
Por RFI
Esto sucedió en mayo de 2022 cuando fueron desplegados al frente del Donbás, en el este de Ucrania. “Cuando fue trasladado al frente de batalla mandó un mensaje de texto. No a la familia sino a sus amigos. Decía que la situación era un infierno. Que posiblemente no volvería”, indica la mujer.
“Yo creo en la magia”
Desde entonces Marina dedica su vida a buscar información sobre su cuñado, del que no se tiene ninguna señal de vida. Rusia no da información sobre los prisioneros de guerra.
Semanas atrás apareció una luz de esperanza, cuando encontró el nombre de su cuñado. Un prisionero recién liberado publicó en su lista su apellido, no muy común.
Marina cree que es él, porque también está el esposo de una mujer que conoce: “¡Yo realmente creo en la magia! Porque si están en una misma lista, es porque es magia”, exclama.
Marina llama a la línea de atención de la ONG Patriot, dedicada a rastrear a los desaparecidos, y le contesta Natalia, que trabaja como voluntaria.
“Los mantienen allí en términos inhumanos. Están de pie 16 horas al día. Es decir, ni siquiera se les permite sentarse. El agua corre por las paredes. No se les permite salir al patio”, cuenta esta última.
ONG Patriot
La ONG recibe aún más llamadas de lo habitual desde que se reactivaron los intercambios de prisioneros de guerra. La información que traen es la mayor esperanza de las familias.
Su director Olag Kodanko lideró desde el Gobierno la búsqueda de desaparecidos y desde hace meses creó esta ONG que apoya con esta misma labor, y recupera cuerpos del campo de batalla.
“Nuestros representantes en las regiones están en contacto con los familiares. Buscan a las personas que fueron liberadas del cautiverio, se ponen en contacto con sus maridos e hijos y piden a sus familiares que pregunten qué recuerdan, a quién vieron. Ellos nos proporcionan información completa”, explica Olag.
Brigada 56
Olena prepara te en su oficina del centro de Kyiv. Aquí se dedican a buscar y apoyar a las familias de los desaparecidos de la brigada 56. Su marido había desaparecido al comienzo de la guerra, y hasta el pasado 31 de diciembre había perdido su rastro.
“Había perdido mi esperanza. Pero me llamaron. Preguntaron ¿la señora Olena? ¿Qué está haciendo?”, dice. La noticia era que su marido estaba vivo y hacía parte del grupo de un intercambio de prisioneros.
Sabe de su suerte, pero muchas mujeres y hombres nunca regresarán. Ella sigue apoyando a otras familias en este largo camino a encontrar a los suyos.
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