Al término del rezo del Ángelus, el papa Francisco dirigió su mirada a los países que están en guerra y exigió que se respete a las poblaciones civiles y se escuche su grito de paz, porque la gente “está cansada de la violencia”.
Ante los 20.000 peregrinos congregados en la Plaza de San Pedro, el pontífice señaló que “desde hace tres años, el grito de dolor y el ruido de las armas han sustituido a la sonrisa que caracteriza al pueblo de Myanmar”.
“Por ello, me uno a la voz de algunos obispos birmanos, ‘para que las armas de la destrucción se transformen en instrumentos para crecer en humanidad y justicia’”, añadió.
El santo padre señaló que “la paz es un camino e invito a todas las partes implicadas a dar pasos de diálogo y a revestirse de comprensión, para que la tierra de Myanmar alcance la meta de la reconciliación fraterna. Que se permita el paso de la ayuda humanitaria para garantizar las necesidades de todas las personas”.
“Y que lo mismo ocurra en Medio Oriente, en Palestina e Israel, y dondequiera que haya combates: ¡respeten a la población! Siempre pienso de todo corazón en todas las víctimas, especialmente civiles, causadas por la guerra en Ucrania”, añadió el papa Francisco.
El pontífice exhortó a que “se escuche su grito de paz: ¡el grito de la gente, que está cansada de la violencia y quiere que cese la guerra, que es un desastre para los pueblos y una derrota para la humanidad!”.
Después, el papa Francisco manifestó su alivio por “la liberación de las religiosas y de las otras personas secuestradas con ellas en Haití la semana pasada”.
“Pido que se libere a todos los que siguen secuestrados y que se ponga fin a toda violencia; que todos contribuyan al desarrollo pacífico del país, para lo que se necesita un apoyo renovado de la comunidad internacional”, expresó.
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