Los norteamericanos elegirán a su próximo presidente el próximo 5 de noviembre. Pero el proceso electoral arranca este lunes con los caucus en Iowa, donde se dará inicio a la primaria del Partido Republicano para definir al candidato que buscará llegar a la Casa Blanca.
Sin embargo, el resultado de este lunes no será para nada definitivo, y por delante quedará un largo camino en la carrera presidencial.
Para elegir a su candidato, los dos partidos (Republicano y Demócrata) abren un proceso de primarias que este año empieza oficialmente el 15 de enero en Iowa para el Partido Republicano y el 3 de febrero en Carolina del Sur para el Partido Demócrata.
Desde ese momento y hasta principios de junio, cada uno de los 50 estados y territorios de Estados Unidos van convocando elecciones primarias o caucus (un tipo de asambleas) casi semanalmente para elegir al candidato.
Cada estado funciona diferente y con sus propias reglas, por lo que quién puede votar en las primarias o participar en los caucus varía en función de dónde se estén celebrando.
A medida que el calendario electoral avanza se va definiendo el o los favoritos y el resto de candidatos se van retirando, ya sea por falta de apoyos o de dinero.
Cuando un presidente se presenta a la reelección, como es el caso de Joe Biden este 2024, dentro del partido se sobreentiende que tiene derecho a ser el candidato y no suele enfrentar oposición de peso en sus primarias.
Este año, por ejemplo, solo le disputan la candidatura a Biden la escritora Marianne Williamson y el congresista Dean Phillips.
El panorama es distinto cuando no hay presidente del propio partido que haga sombra y la carrera suele ser mucho más disputada.
La participación del expresidente Donald Trump (2017-2021) en la contienda del Partido Republicano es algo muy raro en la historia política estadounidense y es claramente el favorito, pero aun así tendrá que disputar la candidatura con el gobernador de Florida, Ron DeSantis, o la ex gobernadora de Carolina del Sur y ex embajadora ante Naciones Unidas Nikki Haley.
En realidad, las primarias no son unas elecciones directas, sino que los ciudadanos eligen delegados partidistas que los representarán en las convenciones que los dos partidos celebrarán en verano para proclamar a sus candidatos.
La Convención Nacional Republicana será del 15 al 18 de julio en Milwaukee (Wisconsin), mientras que la Convención Nacional Demócrata tendrá lugar del 19 al 22 de agosto en Chicago (Illinois).
También durante el verano, días antes de las convenciones, el candidato que ha ganado las primarias suele anunciar al que será su fórmula vicepresidencial, el primero en la línea de sucesión.
Con la proclamación de las dos candidaturas, termina la contienda interna y empieza oficialmente la campaña electoral a la Casa Blanca.
Con la llegada del otoño, los partidos y candidatos se vuelcan en hacer campaña, sobre todo en los estados considerados clave o ‘bisagra’, en este caso Georgia, Pensilvania, Michigan, Nevada, Wisconsin y Arizona.
Los candidatos detienen esas campañas para los tres debates a presidente y el debate a vicepresidente que se emiten en abierto por cadena nacional.
Los debates presidenciales serán el 16 de septiembre en San Marcos (Texas), el 1 de octubre en Petersburg (Virginia) y el 9 de octubre en Salt Lake City (Utah). El de vicepresidentes será el 25 de septiembre en Easton (Pensilvania).
Las elecciones están convocadas para el 5 de noviembre (siempre el martes después del primer lunes de noviembre), aunque algunos estados abren semanas antes el proceso de voto por correo.
En el complejo sistema político y electoral estadounidense, son los estados, y no la nación, los encargados de organizar los comicios, aunque sean los presidenciales, cada uno con sus propias leyes y reglas.
Que el sistema sea así de complejo también hace que los medios de comunicación cobren importancia al ser los que proyectan durante la noche electoral o las horas posteriores quién es el ganador de los comicios, ya que las autoridades tardan semanas en oficializar resultados.
Como pasa en las primarias y las convenciones con los delegados, en las elecciones a la Casa Blanca se eligen a los 538 miembros del Colegio Electoral, que se tienen que reunir en una fecha posterior para votar al presidente.
Esos 538 miembros están repartidos proporcionalmente en función de la población por los 50 estados y el Distrito de Columbia, bajo el sistema de que el ganador en cada estado, con la excepción de Maine y Nebraska, se lleva todos los electores.
Es por eso que en el puñado de estados clave o ‘bisagra’ es donde realmente están en juego las elecciones.
Después de que el Colegio Electoral se reúna, el Congreso debe certificar esa votación, históricamente un trámite, pero que tomó mucha relevancia en 2021 por el asalto al Capitolio de los seguidores de Trump tratando de paralizar el procedimiento.
El 20 de enero, llamado ‘Inauguration Day’, el presidente electo toma posesión en el Congreso y minutos después recorre la Avenida Pensilvania de la capital federal en un breve trayecto hasta la Casa Blanca.
Con información de EFE
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