Un primer cargamento de combustible entró este viernes a la Franja de Gaza, después de que Israel aceptara una petición de Estados Unidos para poner fin al apagón de telecomunicaciones provocado por la falta de carburante, que afectó los generadores e interrumpió la entrada de ayuda humanitaria al territorio.
AFP
Unos 17.000 litros de carburante entraron por el paso de Rafah al asediado enclave, gobernado por el movimiento islamista Hamás desde 2007, informó un funcionario de ese puesto fronterizo con Egipto.
La autoridad palestina de telecomunicaciones había anunciado el jueves la «suspensión de todos sus servicios» en Gaza por falta de carburante.
El gabinete de guerra israelí autorizó el viernes la entrada diaria de dos camiones con combustible, para «atender la petición de Estados Unidos» y «para las necesidades de la ONU (…) a condición de que no les llegue a Hamás».
Unos 70.000 litros de carburante entrarán cada día a Gaza en virtud del acuerdo, aseguró un funcionario estadounidense.
El jefe de asuntos humanitarios de Naciones Unidas, Martin Griffiths, insistió sin embargo en que el territorio necesita 200.000 litros diarios.
La ONU lleva semanas pidiendo que entre carburante al territorio, para asegurar el buen funcionamiento de los hospitales y la entrada de ayuda humanitaria.
La falta de combustible provocó la muerte de 24 pacientes en dos días en el hospital Al Shifa, el principal de la Franja, señaló Hamás.
El ejército israelí afirmó a la AFP que sigue registrando, por tercer día consecutivo, el inmenso complejo en busca de escondites de los combatientes del grupo islamista, que niega tener bases en el hospital.
– «Alto el fuego» –
Griffiths exigió este viernes ante Naciones Unidas un «cese el fuego» en Gaza para poder ayudar a la población.
Israel prometió «aniquilar» a Hamás después del ataque perpetrado por sus milicianos en el sur de su territorio el 7 de octubre. La incursión del grupo islamista, clasificado como «organización terrorista» por Estados Unidos, la Unión Europea e Israel, dejó 1.200 muertos, en su mayoría civiles, según las autoridades. Además, los combatientes capturaron a unos 240 rehenes.
Desde entonces, las fuerzas israelíes bombardean Gaza sin descanso y el 27 de octubre iniciaron una operación terrestre en el enclave. Según Hamás, 12.000 personas murieron en los bombardeos israelíes desde el inicio de la guerra, entre ellos 5.000 niños y 3.300 mujeres.
La comunidad internacional manifiesta una preocupación creciente por los casi 2.300 civiles que, según la ONU, se encuentran en el interior del hospital Al Shifa.
El director del hospital, Mohammed Abu Salmiya, denunció una situación «catastrófica» en el complejo, donde no hay «agua ni comida».
Israel acusa a Hamás de utilizar los hospitales de la Franja de Gaza como bases y a los pacientes como «escudos humanos».
El ejército aseguró haber encontrado material militar y la entrada de un túnel en Al Shifa, además de «imágenes relacionadas con los rehenes» capturados por Hamás.
«Tenemos fuertes indicios de que (los rehenes) estaban detenidos en el hospital Al Shifa y es una de las razones por las que entramos allí. Los rehenes estaban allí, pero fueron trasladados», aseguró el primer ministro, Benjamin Netanyahu, a la cadena estadounidense CBS.
El ejército informó el viernes que había hallado el cadáver de Noa Marciano, una soldado de 19 años secuestrada por Hamás, «en una estructura adyacente» a Al Shifa.
La víspera indicó que había encontrado el cuerpo de Yehudit Weiss, una rehén de 65 años, «asesinada por los terroristas en la Franja de Gaza».
– Liberar a los rehenes «sin más demora» –
El pequeño territorio se encuentra bajo «asedio total» desde el 9 de octubre, cuando Israel cortó las entregas de agua, electricidad, comida y medicamentos.
Por segundo día consecutivo, la ayuda no pudo entrar en Gaza por el paso de Rafah (sur, limítrofe con Egipto) ya que los camiones de la UNRWA no tenían combustible, advirtió la ONU.
Israel rechazaba hasta ahora dejar entrar el carburante, alegando que podía ser aprovechado por los milicianos de Hamás.
«No tenemos electricidad, agua potable ni comida (…) Miles de mujeres, niños, enfermos y heridos están en peligro de muerte», declaró a AFP el portavoz del Ministerio de Salud de Hamás, Ashraf al Qidreh.
La ONU estima que el conflicto ha desplazado a 1,65 millones de los 2,4 millones de habitantes de Gaza, que se enfrentan, según el Programa Mundial de Alimentos (PMA), a una «posibilidad inmediata de morir de hambre».
La ONU y varios dirigentes internacionales reclaman un alto el fuego por motivos humanitarios, pero Netanyahu se niega a instaurarlo y exige que antes se libere a los rehenes.
El presidente estadounidense, Joe Biden, insistió el viernes en la liberación inmediata de los rehenes, en conversaciones con el emir de Catar, que tiene relaciones con los militantes del grupo islamista.
Biden «discutió la necesidad urgente de que todos los rehenes retenidos por Hamás sean liberados sin más demora», dijo un comunicado de la Casa Blanca.
La violencia también se ha incrementado en Cisjordania ocupada, tanto por las agresiones de colonos contra los palestinos como por las crecientes operaciones del ejército israelí.
Las fuerzas armadas israelíes dijeron este viernes que mataron a «al menos cinco terroristas» en un campamento de refugiados de Yenín.
Por la noche, la Media Luna Roja dijo que otras cinco personas murieron en un ataque en el campo de refugiados de Balata, en la ciudad cisjordana de Naplusa.
Y previamente, el Ministerio palestino de Salud informó de dos muertos en Hebrón, en el sur, «alcanzados por balas del ejército israelí», que confirmó este balance.
Si quieres recibir en tu celular esta y otras informaciones, descarga Telegram, ingresa al link https://t.me/albertorodnews y dale clic a +Unirme.