Casi a diario se registran en Uruguay operaciones a perros y gatos en las que se les amputa la cola o las orejas, se les extirpan las uñas, falanges o dientes o se les seccionan las cuerdas vocales. Los procesos quirúrgicos son “dolorosos” y generan traumas en los animales y, en general, se realizan en condiciones “precarias”.
Por Infobae
Estos episodios frecuentes en el país fueron los que motivaron a diputados de distintos partidos políticos a presentar un proyecto de ley para prohibir estas operaciones. La reforma legal ingresó al Parlamento a fines de agosto.
El texto tiene dos artículos. El primero prohíbe las prácticas quirúrgicas no terapéuticas realizados en animales domésticos, específicamente en perros y gatos, que tienen fines estéticos. El segundo artículo propone sanciones para quienes continúen con las prácticas.
“Desde nuestro humilde lugar como legisladores, tenemos el deber de actuar y realizar todo lo que esté en nuestras posibilidades, para que este proyecto luego de su aprobación y promulgación, pueda brindar una mayor seguridad en la vida y el bienestar a los animales domésticos”, expresan los diputados en exposición de motivos del proyecto de ley.
Estas “prácticas no curativas” causan “dolor y sufrimiento” y un mal manejo en la operación o en el posoperatorio puede conducir a la muerte de animal, advierten los legisladores uruguayos.
La práctica habitual en Uruguay es que estos procedimientos se realicen sin un veterinario y en condiciones precarias. En general, no se utiliza ningún tipo de anestesia, lo que implica un mayor riesgo de complicaciones durante y después del procedimiento.
Las operaciones dejan “heridas abiertas” –describe la exposición de motivos–, los cortes en la cola podrían llegar al nivel de los huesos y comprometer la columna. “Existe la posibilidad de complicaciones como sangrado excesivo, infección y necrosis sobre todo si las condiciones higiénicas y de esterilidad no son correctas”, advierten.
Las operaciones a prohibir
El proyecto de ley describe las prácticas quirúrgicas que son habituales y que se deberían prohibir.
La mutilación de cola (o caudectomía) se realiza habitualmente en cachorros que tienen entre tres y cinco días. Las razas que se cortan con más frecuencia son American Staffordshire Terrier, Boxer, Dogo Alemán, Dogo Argentino, Doberman, Mastín Napolitano, Pinscher, entre otras.
El corte de orejas es una cirugía habitual antes de las seis semanas de vida de las razas más grande y de las nueve semanas en las razas más chicas. La operación consiste en la remodelación del contorno del pabellón auricular, con lo que se logra una oreja erecta en proporción a la cabeza y el cuerpo del perro. Es una intervención frecuente en los Pitbull, Doberman Pinscher, Schunauzer, Gran Danés, Bóxer y Mastín Italiano.
Las otras operaciones que el proyecto prohíbe son las amputaciones de las uñas –habitual en los gatos– y la cordectomía, que consiste en la incisión por la garganta o por el hocico del perro para cortar las cuerdas vocales del animal.
La veterinaria Gabriela Iribar sostuvo que la amputación de la cola afecta parte de los nervios, los vasos sanguíneos y cartílagos y deja al animal sin una parte que necesita para su equilibrio. Además, la cola también les sirve para la comunicación con otros animales.
Lo mismo ocurre con las orejas. A partir de la posición de esta parte del cuerpo, los animales envían mensajes que modifican según la respuesta que obtienen, afirmó la médica. También se afecta la comunicación si se intervienen las cuerdas vocales.
En los gatos, el corte de las uñas implica “deformaciones” y dejan al animal “indefenso y sin protección natural al enfrentarse a otro animal”.
Los legisladores aseguran que es necesario “dar un mensaje claro” y “tomar consciencia” de las consecuencias de estas cirugías no terapéuticas.
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