Este jueves se cumple un mes desde que el chef, Daniel Sancho, fue ingresado a prisión preventiva por el asesinato del médico colombiano, Edwin Arrieta. El joven confesó la autoría del crimen y la recopilación de pruebas por parte de las autoridades cerró todas las sospechas hacia él, descartando la participación de un tercero.
Hace algunas semanas las autoridades determinaron que la muerte de Arrieta había sido premeditada, mas no un accidente. En Tailandia ese tipo de hechos podrían derivar en la pena de muerte, siendo 2018 el último año en el que se consumó dicho castigo; no obstante, otras opciones son prisión no menor a 15 años o cadena perpetua.
Desde que Daniel Sancho fue puesto bajo custodia y se encontraron los primeros restos del colombiano, han sido semanas en las cuales la lupa internacional ha estado puesta sobre dicho caso. También se han conocido nuevos detalles de cómo se perpetró el crimen y sus motivaciones, revelados por el propio asesino confeso.
A partir de ese momento no han sido pocos los interrogantes surgidos y uno de ellos ha sido sobre la forma en que se conocieron pues, inicialmente, trascendió que había sido por redes sociales. Sin embargo, fuentes cercanas al joven de 29 años dieron un giro de 180 grados a la versión de cómo fue el primer acercamiento.
El periódico digital Okdiario conversó con fuentes allegadas al confeso autor, quienes afirmaron que este había conocido a Edwin Arrieta en la discoteca Istar de Madrid (localizada en la calle Serrano 41), pues generalmente Sancho frecuentaba establecimientos de ocio nocturnos. También aseguran que el chef parecía llevar “una doble vida”.
Sin embargo, cercanos al acusado descartaron una homosexualidad, pues la negativa de Arrieta a terminar un supuesto ‘vínculo amoroso’ llegó a situarse como uno de los posibles móviles del crimen. Cuando la Policía presentó sus conclusiones dijo: “El motivo del asesinato es que Daniel ya no quería mantener relaciones sexuales con Edwin”.
“Le tenía comprado con dinero”
En una de sus primeras declaraciones, el joven justificó su accionar al acusar al médico suramericano de ‘empujarlo‘ a ello. “Me tenía como rehén. Era una jaula de cristal, pero era una jaula”, llegó a afirmar. La revista Lecturas señaló que esas palabras podrían ser una estrategia de su defensa para evitar la sentencia a muerte.
Las fuentes consultadas por Okdiario coincidieron en que Edwin Arrieta tenía intención de involucrarse financieramente en los emprendimientos gastronómicos de quien acabó siendo su asesino. “Le tenía comprado con el dinero”, dijeron a ese medio.
Por otro lado, la familia de Arrieta se ha mantenido ‘escéptica’ sobre las nuevas aristas que continúan apareciendo. Recientemente en una entrevista para el programa Mañaneros, del canalLa 1,la mamá del médico, Marcela Arteaga, cuestionó que se pusiera en ‘tela de juicio’ la vida del colombiano, aunque admitió que hasta cierto punto los papás podrían desconocer las acciones de sus hijos.