El alcalde de Nueva York, Eric Adams, anunció este jueves un plan para atajar la crisis de vivienda que atraviesa la gran urbe: convertir las oficinas vacías en residencias habitables, para lo que necesitará llevar a cabo reformas regulatorias que serán evaluadas a finales de año.
EFE
En una rueda de prensa, Adams dijo que su plan, delineado sin coordinación con el estado, permitiría que unos 12 millones de metros cuadrados de superficie de oficinas, «casi el tamaño de la ciudad de Filadelfia», sean aptos para convertirse en unas 20.000 unidades de vivienda.
La pandemia de covid-19 ha llevado a que muchas empresas apuesten por modelos de trabajo híbridos o remotos, por lo que especialmente en el centro de la ciudad, en Manhattan, hay edificios comerciales infrautilizados o prácticamente vacíos; no obstante, las regulaciones (sobre conducciones de agua y gas, accesos o ventanas) impiden o dificultan su conversión.
Por eso, el alcalde propone «reescribir» las regulaciones sobre las zonas urbanas de manera que se puedan realizar esas conversiones más fácilmente y así «revitalizar» distritos de negocios, como ocurrió, dijo, con la zona del sur de Manhattan después de los atentados del 11 de septiembre.
Adams puso el foco en la zona del sur de Midtown, en Manhattan, que ha sufrido un notable deterioro tras la llegada de la pandemia y donde aseguró que las regulaciones «anticuadas» impiden crear nuevos hogares, para proponer un plan separado que haga de esa zona un «barrio de uso mixto».
Según una nota de prensa, las regulaciones actuales sobre zonas urbanas solo permiten convertir en residenciales los edificios construidos antes de 1977 o 1961, dependiendo de su ubicación, y los cambios propuestos pretenden que las conversiones se amplíen hasta edificios construidos en 1990 en toda la ciudad.
Los planes, que se podrían someter a voto en las cámaras locales a principios del año que viene, llegan cuando Nueva York afronta una gran crisis por la fuerte demanda y la falta de oferta, con el alquiler de la vivienda disparado y miles de migrantes en el sistema público de albergues.
Pese a todo, las 20.000 viviendas que Adams aseguró que se podrán habilitar son una gota de agua en comparación con la cifras de la crisis: el alquiler medio de las viviendas en Manhattan es de unos 4.400 dólares y en los últimos meses han llegado 100.000 migrantes en busca de asilo, que se suman a una población dinámica y creciente.
Adams aprovechó para lanzar un dardo a la administración estatal, liderada por la también demócrata Kathy Hochul, con quien mantiene tensiones por la crisis migratoria, y señaló que durante el curso legislativo no se han aprobado medidas que habrían «facilitado las conversiones» de oficinas en viviendas asequibles.
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