El Gobierno boliviano manifestó este miércoles que la economía del país está pasando por un «momento importante» de su reconstrucción y que está «sorteando una serie de dificultades» como la pandemia, los altos precios de los combustibles por la guerra en Ucrania y el hecho de que en el Parlamento no se aprueben créditos.
EFE
«La economía boliviana está sorteando una serie de dificultades que obviamente han venido con la pandemia, luego los insumos energéticos más caros en 2022 y en este 2023 varios países se preocupan por las altas tasas de interés», dijo esta noche el ministro de Economía, Marcelo Montenegro, en conferencia de prensa.
El ministro sostuvo que la economía en el país tuvo un «momento muy difícil» en 2020 y que desde 2021 se ha «empezado a mostrar una senda de reconstrucción de la actividad económica» que «no ha sido fácil» de sobrellevar, por los «embates que han tenido que atenuar» como la compra de pruebas y vacunas por la covid-19.
También sostuvo que en 2021 se volvió a implementar el Modelo Económico Social Comunitario Productivo y hubo una recuperación.
Montenegro agregó que en 2022 la guerra entre Rusia y Ucrania «ha generado el aumento de los costos de insumos energéticos» por lo que han tenido que «hacer una compra a precios más altos», un 80 % más, pero destacó que pese a esa situación se ha garantizado la «estabilidad económica» y la subvención de los combustibles en el país.
«Consideramos que la economía boliviana está atravesando un momento importante de su reconstrucción, que obviamente esta reconstrucción requiere de recursos y de liquidez», indicó el ministro.
Además, señaló que también les preocupa las fricciones internas en el Movimiento al Socialismo (MAS), ya que la Asamblea Legislativa, donde es mayoría el partido oficialista, está «imposibilitando» la reconstrucción económica al no aprobar créditos.
«Exhortamos a nuestros asambleístas que depongan actitudes de fricción innecesarias y que nos aboquemos a una gestión económica», pidió Montenegro.
El ministro agregó que la «estabilidad» debe preservarse, por lo que es necesario que se aprueben créditos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), del Banco de Desarrollo de América Latina – CAF y del Banco Mundial (BM).
«Si hay asambleístas que están en contra de la aprobación de unos créditos en el fondo, le están diciéndole no a la reconstrucción económica, le están diciendo no al modelo económico social y entendemos que no van a estar en contra de la aplicación de un modelo económico que le ha dado bienestar a los bolivianos», subrayó.
En esta jornada, el vicepresidente del país, David Choquehuanca, sostuvo que algunos quieren «bloquear» la gestión del presidente boliviano, Luis Arce, y que no quieren aprobar esos créditos.
En los últimos meses, se ha vivido un escenario de incertidumbre en Bolivia por la caída de las Reservas Internacionales Netas (RIN), que en febrero se ubicaron en unos 3.538 millones de dólares, uno de los niveles más bajos desde 2014, cuando llegaron a los 15.122 millones, desde entonces el Banco Central no ha dado más información sobre el estado de las reservas.
Esto coincidió con un aumento de la demanda de dólares en el país, por lo que cientos de personas peregrinaron por varios bancos privados o casas de cambios en busca de esa divisa, luego el Banco Central asumió la venta directa por medio de turnos, que pueden tardar varias semanas.
En ese sentido, analistas manifestaron a EFE que ya es momento de que se cambie de «perspectiva» en el modelo económico y se aborden de manera urgente escenarios como la política cambiaria y las exportaciones.
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