El canciller iraní, Hossein Amir Abdollahian, aterrizó en Managua a principios de febrero pasado, con el propósito de firmar convenios de colaboración con el régimen de Daniel Ortega. Estados Unidos siguió “muy de cerca” la visita a Nicaragua del alto funcionario iraní.
“Seguimos observando muy de cerca las relaciones de Irán con los países del hemisferio occidental, incluidos los planes de cooperación con Nicaragua”, señaló un portavoz del Departamento de Estado al comentar la visita del canciller.
Hossein Amir-Abdollahian se reunió con Ortega, quien aprovechó para hablar de un tema que le apasiona, a veces a favor, a veces en contra: las armas atómicas.
“En este mundo lo que cabría es que todos buscáramos cómo tener nuestra armita atómica para que nos respeten, porque ahí sí respetan cuando saben que a ese que quieren aplastar tiene el arma atómica”, expresó Ortega durante el encuentro transmitido por la televisión nicaragüense.
“No somos amantes de las bombas atómicas (…) pero, ¿con qué autoridad le quieren prohibir a Irán si quiere hacer bombas atómicas?”, se preguntó Ortega ante el ministro de Relaciones Exteriores iraní.
No es la primera vez que Ortega reclama el derecho a tener armas atómicas. “Que solo unos (países) tengan derecho a tener bombas atómica eso no es democracia, eso es tiranía, es dictadura”, apuntó Ortega en otro discurso, en junio de 2021.
“Se podría pensar que lo dicho por el comandante sandinista ante el canciller iraní solo ha sido una ocurrencia ocasional. Pero él es un jefe de Estado reconocido por la comunidad internacional representada por la Organización de Naciones Unidas (ONU), de manera que sus palabras no deben ser trivializadas ni menospreciadas”, editorializó el diario La Prensa en esa ocasión.
“Analistas estratégicos de Occidente consideran que el mayor peligro internacional no es tanto que el Gobierno de Irán pueda producir el arma atómica, sino que al obtenerla la haga llegar a organizaciones terroristas como Hezbolá, y a sus aliados internacionales más radicales que se mantienen enfrentados a EEUU, a los cuales se las podría dar para que ´se defiendan´ de lo que llaman el imperialismo occidental”, añadió el diario y recordó que “Ortega en materia de relaciones internacionales y geopolítica global, vive más en el pasado que en el presente”.
Laureano Ortega Murillo, hijo de Daniel Ortega y Rosario Murillo, y quien oficialmente se presenta como asesor para inversiones, comercio y cooperación internacional, ofreció a Nicaragua como una plataforma iraní para Centroamérica.
“Irán tiene un gran desarrollo tecnológico, industrial, comercial, el cual Nicaragua puede verse altamente beneficiado y Nicaragua tiene y juega un papel fundamental en la región centroamericana como una plataforma para la exportación de productos, para hacer una vitrina de productos iraníes en toda la región centroamericana, también un papel muy importante en la diplomacia y la geopolítica”, expresó el hijo de la pareja presidencial.
El 29 de agosto de 2022, el régimen nicaragüense creó la Comisión Nicaragüense de Energía Atómica con Fines Pacíficos, por medio del acuerdo presidencial 16-2022, cuya misión es “promover el desarrollo y uso de la energía atómica para fines pacíficos en materia de agricultura, medicina, industria, ciencia y tecnología, vigilancia ambiental y otros aspectos relacionados”.
Asimismo, en octubre pasado, Nicaragua y Rusia firmaron un acuerdo para el uso de energía atómica con fines pacíficos. “Este instrumento está en línea con las bases legales para la cooperación en el uso de la energía atómica con fines pacíficos. Con la firma de la hoja de ruta se trazan las directrices para avanzar en el campo de la cooperación de las aplicaciones no energéticas de las tecnologías nucleares y radiológicas”, indicó el régimen de Ortega.
El boletín de análisis político CETCAM, en su informe de enero destaca que el régimen de Ortega ha estrechado relaciones con China, Rusia e Irán para contrarrestar el aislamiento internacional que sufre.
“Sin embargo, estas alianzas no han tenido el efecto político y económico que esperaba la dictadura”, añade. “Aparte de enviar un mensaje tranquilizador a sus bases, estas asociaciones no le han significado ninguna ganancia a la dictadura, por el contrario, la alianza con Rusia y su apoyo a la agresión contra Ucrania, genera preocupaciones de seguridad a los Estados Unidos y podría involucrar nuevamente a Nicaragua en un conflicto entre potencias”.
Para la experta nicaragüense en seguridad, Elvira Cuadra, la demanda de Ortega sobre tener armas atómicas “porque ahí si respetan” contradice el propio decreto que meses atrás firmó la Comisión Nicaragüense de Energía Atómica con Fines Pacíficos.
“Daniel Ortega ha llevado a Nicaragua a convertirse en un estado paria. Ha mantenido una política de confrontación abierta contra el mundo occidental y los países democráticos y se acerca más a regímenes autoritarios, regímenes señalados de graves violaciones a los derechos humanos”, dijo en la plataforma digital 100 por Ciento Noticias.
“Nicaragua no juega ningún papel real en la confrontación internacional”, añadió y considera que las declaraciones de Ortega en este tema “lo único que hacen es echar leña al fuego en una confrontación innecesaria y provocar preocupación en el resto de Centroamérica”.
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