El presidente chileno, Gabriel Boric, advirtió este miércoles que se recurrirá al uso de la fuerza en caso de que se repitan los casos de personas que han impedido el acceso al agua de sus piscinas y otras albercas privadas a los equipos que luchan contra los graves incendios que devastan el país.
EFE
En una rueda de prensa en un albergue de Santa Juana, epicentro de la tragedia, el mandatario subrayó que «si es necesario se requisará maquinaria y agua por la fuerza a quienes no estén dispuestos a entregarlos».
La polémica salió a la luz después de que un piloto español denunciara que le habían impedido recargar su helicóptero en una piscina privada, poniendo de relieve la falta de recursos y los problemas logísticos que sufre Chile, un país donde el servicio de bomberos no es profesional y está en manos de voluntarios y empresas privadas concesionarias.
En su cuarta visita a la región de Biobio, una de las más afectadas, Boric pidió «responsabilidad» y «respeto» por los voluntarios que combaten los incendios y por quienes han perdido sus casas o un ser querido.
«Hay gente porfiada que ha seguido haciendo actividades de gran riesgo: hoy cortar el pasto puede generar una chispa», aseveró.
Boric criticó que «hay mucha negligencia dolosa en la generación de los incendios» y advirtió a los responsables de los fuegos que «se les aplicará todo el rigor de la ley».
El mandatario también anunció que los jefes de Defensa de las regiones en emergencia podrán decretar toques de queda en las zonas que lo necesiten «para asegurar la tranquilidad y seguridad de las familias afectadas», e informó que los bonos de ayuda económica se empezarán a entregar el próximo lunes.
En el ámbito del apoyo internacional, informó que Brasil mandará refuerzos en las próximas horas, y que hay conversaciones con Portugal y Estados Unidos, que se sumarán a la ayuda que ya han brindado países como España, Argentina, Venezuela, Ecuador, Colombia y México.
Los fuegos afectan a varias regiones del centro y sur, pero las más golpeadas son Biobío, con 16 víctimas mortales; La Araucanía (7) y Ñuble (1), zonas de intensa actividad agrícola y forestal ubicadas a 500, 700 y 400 kilómetros al sur de la capital, respectivamente.
Según el último reporte del Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred), del Ministerio de Interior, hay 311 incendios a nivel nacional, 180 están controlados y 84 en combate.
El fuego, que coincide con una ola de calor que puede agravarse en las próximas horas, destruyó además 1.180 viviendas y hay casi un millar de personas viviendo en albergues.
Los incendios estallaron a finales de la semana pasada en las regiones de Ñuble, el Maule, Biobío y La Araucanía, todas situadas en el centro-sur del país, y hasta la fecha se han cobrado la vida de al menos 24 personas, han dejado más de 3.500 damnificados y cerca de 300.000 hectáreas calcinadas en una zona de frondosos bosques y terrenos agrícolas que constituyen el granero del país.
Los incendios de los últimos días superan en muertes a la catastrófica temporada estival de 2017, cuando los fuegos calcinaron más de 500.000 hectáreas, también en el centro-sur del país, y dejaron una decena de fallecidos.
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