La antigua admiración de Xi Jinping por Rusia y Vladimir Putin reforzó el deseo del presidente chino de estrechar lazos con Moscú a largo plazo, pese a su aparente distanciamiento del Kremlin mientras sufría derrotas en su guerra contra Ucrania.
Por Infobae
Las inclinaciones prorrusas de Xi se deben en parte a su familia y a su biografía, explicó el Wall Street Journal en una detallada crónica sobre la relación entre los dos líderes autoritarios.
Llamativamente, Xi nació en 1953, el año en que Mao Zedong lanzó una campaña para estudiar la Unión Soviética como modelo para el sistema político, económico y militar de China.
Además, el padre de Xi, Xi Zhongxun, un revolucionario del partido que luchó junto a Mao, viajó a la Unión Soviética a finales de la década de 1950 para estudiar su industria pesada.
Esto marcó profundamente la juventud de Xi y, según los historiadores, lo llevó a sentir una arraigada admiración por los valores, la historia y la cultura soviética.
Algunos hablan incluso de un “complejo de Rusia” del líder chino. Este sería tan profundo que las casi tres décadas de ruptura entre la Unión Soviética y China por diferencias ideológicas y de otro tipo no pudieron con él, e hizo que su admiración se trasladara a la Federación Rusa surgida de las cenizas de la URSS.
La formación del dictador chino hizo que compartiera con Putin una visión similar de la forma de ejercer el poder y de restaurar la gloria pasada de sus países.
Tras su llegada al poder, Xi trató de cambiar la estructura de liderazgo de China, alineándola más con el “modelo Putin”, reduciendo la importancia del poderoso Comité Permanente del Politburó del Partido Comunista Chino y consiguiendo una histórica elección para un tercer mandato.
“Tengo una personalidad similar a la suya”, le dijo Xi a Putin durante su primera visita a Moscú en 2013. No casualmente, ese fue su primer viaje al extranjero como presidente de China.
Por su parte, Putin comentó que los dos países estaban forjando una relación especial. Desde entonces, ambos han desarrollado un ritual para felicitarse mutuamente el cumpleaños.
Más vínculos
“Xi ha estado fortaleciendo las relaciones de China con Rusia en gran medida independientemente de la invasión rusa”, dijo al WSJ Yun Sun, director del programa de China en el Centro Stimson, un think tank de Washington. “Es muy posible que la relación se esté estrechando cada vez más”.
Los lazos económicos entre China y Rusia se han ido estrechando desde que Moscú arrebató Crimea a Ucrania en 2014. Y se profundizaron tras la invasión rusa a Ucrania, pese a que públicamente el líder chino busca dar muestras de distanciarse del Kremlin.
Una muestra de ello es que en las últimas semanas, Xi ha dado instrucciones a su gobierno para forjar lazos económicos más fuertes con Rusia, según aseguraron asesores políticos de Beijing al Wall Street Journal.
El plan incluye un aumento de las importaciones chinas de petróleo, gas y productos agrícolas rusos, más asociaciones energéticas conjuntas en el Ártico y una mayor inversión china en infraestructuras rusas, como ferrocarriles y puertos, afirmaron los asesores.
Rusia y China también están realizando más transacciones financieras en rublos y yuanes, en lugar de en euros o dólares, una medida que ayuda a aislar a ambos de futuras sanciones y a poner la moneda china en mayor circulación. En julio, Rusia se convirtió en el tercer mayor mercado de pagos en yuanes fuera de China continental, según Swift, el sistema de mensajería utilizado por las instituciones financieras para procesar los pagos internacionales.
La asociación de China con Rusia se convirtió en un salvavidas para Moscú, ayudando al Kremlin a limitar las consecuencias económicas de las sanciones occidentales y mantener su guerra. También está fomentando una división global, disuadiendo a muchos países en desarrollo que dependen de China para el comercio de tomar partido en el conflicto.
A medida que los países profundizan su vínculo, se espera que Xi, de 69 años, visite Moscú el año que viene, probablemente después de las sesiones legislativas chinas de marzo, según declaró recientemente a la prensa el embajador ruso en Beijng, Igor Morgulov. La visita, si se produce, marcará el 40º encuentro cara a cara de ambos líderes.
El Ministerio de Asuntos Exteriores chino dijo al WSJ que Beijing y Moscú “seguirán realizando intercambios a todos los niveles”.
Sin embargo, Xi, que sigue necesitando la tecnología occidental y estrechar lazos con otras potencias extranjeras, ha tratado de moderar públicamente las relaciones con Rusia para evitar provocar una reacción colectiva de Occidente, según analistas de asuntos exteriores y asesores del gobierno de Beijing consultados por el WSJ.
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