El exdiputado Roberto Jefferson, aliado del presidente brasileño Jair Bolsonaro, que este domingo lanzó una granada y disparó contra un grupo de policías cuando se disponían a arrestarlo, se entregó después de varias horas a las autoridades.
EFE
«Como determiné con el ministro de Justicia, Anderson Torres, Roberto Jefferson acaba de ser preso y el tratamiento a quien tirotea policías es de bandido. Presto mi solidaridad a los policías heridos en el episodio», confirmó el propio Bolsonaro en un video.
Según un comunicado de la Policía Federal, dos agentes resultaron heridos con metralla de la granada lanzada por Jefferson, quien también tiroteó una de las patrullas desplazadas hasta su casa en Comendador Levy Gasparian, a unos 140 kilómetros de Río de Janeiro.
De acuerdo con la nota, los dos agentes «fueron llevados inmediatamente» al servicio de urgencias de un hospital y «después de la atención médica fueron liberados y están bien».
El ataque se produjo cuando los agentes de la Policía fueron a arrestar a Jefferson, quien estaba en prisión domiciliaria desde 2021.
El arresto fue ordenado por el Supremo Tribunal Federal (STF), en respuesta a los insultos vertidos por Jefferson contra la magistrada de la alta corte, Cármen Lúcia Antunes Rocha.
El propio Jefferson, durante las ocho horas que permaneció atrincherado en su residencia, confirmó que disparó contra los agentes en un video difundido en redes sociales.
«Le disparé al carro y no a alguien», aseveró el político quien manifestó que no se entregaría por sentirse «humillado».
Durante las ocho horas en las que Jefferson permaneció atrincherado en su casa, varios políticos bolsonaristas se desplazaron hasta el lugar, entre ellos el sacerdote ortodoxo Padre Kelmon, quien tomó el lugar del político cuando le fue vetada su candidatura.
Jefferson se presentó como aspirante a la Presidencia para las elecciones, pero el Tribunal Superior Electoral (TSE) vetó en agosto pasado su candidatura por estar condenado en la Justicia.
El político fue condenado a 7 años de prisión en 2013 por denunciar y admitir, en calidad de delator, que se benefició de un caso de corrupción en el Gobierno del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, del que fue también aliado.
Fue indultado y liberado en 2016, pero sigue en vigor la suspensión de sus derechos políticos.
En 2019 Jefferson se acercó a Bolsonaro y enterró la historia de centroizquierda del Partido Democrático Laborista, que aún preside, para sumarse a la ultraderecha.
Esta semana, Jefferson atacó en un video a la magistrada de la Corte Suprema por su actuación en sentencias del TSE, del cual también Rocha forma parte, y por eso el magistrado Alexandre de Moraes ordenó revocar su prisión domiciliaria para volver al régimen cerrado.
Antes de confirmar el arresto, durante una transmisión en internet, Bolsonaro expresó su «repudio» por las ofensas de Jefferson a la magistrada y por el ataque a los agentes, negando también que el político forme parte de su equipo de campaña a la reelección.
El expresidente Lula, candidato más votado en la primera vuelta de las elecciones, también condenó durante una rueda de prensa «las ofensas inadmisibles» de Jefferson contra la «alta magistrada» y por su ataque contra los policías.
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