El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, candidato para las elecciones del próximo octubre, denunció este viernes que la violencia política se está volviendo rutina, después de conocerse un nuevo asesinato por motivos políticos en el país.
EFE
Lula afirmó en una rueda de prensa que la «cultura de la violencia» estuvo presente por primera vez en unas elecciones brasileñas en 2018 y ahora se repite.
«Antes, no había cultura de la violencia. Esto ocurrió ahora y en 2018, y no es de nuestra parte. Esto es gravísimo. Espero que la Policía esté atenta y también la justicia electoral, para ver si hay orden, orientación, si es una estrategia política», dijo Lula.
El exmandatario, candidato del Partido de los Trabajadores (PT), hizo estas declaraciones después de conocerse el asesinato de un seguidor de Lula a manos de un simpatizante del presidente Jair Bolsonaro en una discusión política.
El asesinato, cometido el pasado miércoles en una zona rural en Mato Grosso, es el segundo que se conoce en la campaña electoral, después de que otro bolsonarista tiroteara a un militante del PT en Foz de Iguazú, en julio pasado.
Lula aseguró que ha recibido muchas denuncias de «provocaciones» políticas en las paradas de autobús, así como casos de un pastor que amenazó a los fieles con expulsarlos de la iglesia si votan al PT, así como otra terrateniente que amenazó con despedir a los trabajadores de su propiedad.
El exgobernante vinculó este clima de violencia al núcleo cercano al presidente Bolsonaro, líder de la ultraderecha.
Repitiendo unas palabras que ya dijo el jueves, Lula comparó un acto electoral realizado por Jair Bolsonaro el 7 de septiembre, con motivo del bicentenario de la independencia de Brasil, con el Ku Kux Klan.
«El acto de Copacabana, por la foto que v, era supremacía blanca en el escenario, parecía un poco el Ku Kux Klan. Solo faltó la capucha, la máscara (…) es una élite muy violenta en su discurso, comenzando por el presidente de la República», afirmó.
El asesinato político conocido este viernes fue condenado por la gran mayoría de los candidatos a las elecciones presidenciales del 2 de octubre, con la salvedad de Bolsonaro, quien no se ha referido al caso.
En un comunicado, la directora de Human Rights Watch (HRW) para las Américas, Juanita Goebertus Estrada, instó a que todos los candidatos condenen «enérgicamente» el asesinato y cualquier tipo de «violencia política, intimidación y amenazas en el periodo electoral» practicada por sus seguidores.
«Este llamado es particularmente importante en el contexto altamente polarizado de las elecciones brasileñas», apuntó Goebertus.
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