El régimen cubano admitió este martes que existen dificultades para importar harina de trigo, pero aseguró una distribución limitada en las panaderías estatales y la venta en la libreta de racionamiento.
“En los últimos meses (…) se han agudizado las dificultades para la importación de trigo, lo que ha incidido en la disponibilidad de este producto”, comunicó el Ministerio de Comercio Interior (Mincin).
El ministerio alegó que entre las causas están “el recrudecimiento del bloqueo, la actual crisis logística internacional y las limitaciones financieras del país”.
Según el Mincin, “el país ha buscado alternativas para asegurar la producción del pan de la Canasta Familiar Normada”, en referencia a la libreta de racionamiento vigente desde 1962 a través de la cual el Estado vende productos subsidiados.
En el caso de La Habana, el Gobierno provincial reconoció una reducción en el consumo de harina por atrasos con ese producto y el trigo, además de “los altos precios que tienen hoy en el mercado los servicios marítimos”, según cita el diario oficial Granma.
El coordinador del régimen habanero, Julio Martínez, afirmó que garantizaban “la canasta familiar normada, la población penal y un nivel para Salud Pública, los niños sin amparo familiar, hogar de ancianos, hospitales siquiátricos y el de la Cadena Cubana del Pan”.
“Sin embargo, la situación sí afecta la distribución de pan de consumo social de un grupo de organismos, el de la Gastronomía y de Educación”, añadió.
La crisis con la distribución del pan llega en momentos de escasez y desabastecimiento de otros productos básicos y medicinas. Cuba importa cerca del 70% de los alimentos que consume con un costo anual superior a los 2.000 millones de dólares, según los datos oficiales.
Volvieron los cambios de algunas divisas por pesos tras dos años de pausa
Cuba dio luz verde el martes al cambio de dólares y otras divisas por el peso local de manera limitada después de una pausa de dos años, cuando los residentes han recurrido a un mercado monetario informal para obtener efectivo.
La decisión de comenzar a vender dólares y euros en Cuba, que enfrenta problemas de liquidez y que apenas puede permitirse tales transacciones, se anunció la noche del lunes en la televisión estatal y apunta a cerrar el mercado negro, dijo el ministro de Economía, Alejandro Gil.
“Iremos dando pasos en esa dirección, de manera gradual, que luego podremos profundizar (…) e ir avanzando para dar mayor capacidad de compra a la moneda nacional”, señaló.
El peso local no tiene valor fuera de Cuba, por lo que los cubanos que buscan viajar, migrar o comprar artículos básicos en las tiendas de divisas en la isla han acudido en masa al mercado negro, lo que aumenta la demanda de moneda extranjera y desploma el valor del peso.
El Gobierno fija el tipo de cambio, actualmente en 25 pesos por un dólar, pero hace casi tres semanas comenzó a comprar -aunque no vender- divisas a 120 pesos por dólar, un “primer paso”, afirmó Gil a principios de agosto, en un intento de combatir la informalidad.
No obstante, el peso ha seguido cayendo en el mercado negro aún existente, pero ilegal, que todavía se mantiene desde ese anuncio, debilitándose a 140 por dólar, según El Toque, un medio independiente de noticias en línea.
Los bancos y casas de cambio en Cuba dejaron de aceptar dólares para sus ciudadanos en 2020 citando las sanciones de Estados Unidos y poco después dejaron de vender moneda extranjera a cambio de pesos al público, afirmando que simplemente no tenían efectivo.
El régimen cubano dijo que la inflación fue del 77% en 2021 y del 28% hasta junio de este año, mientras que varios economistas independientes dentro y fuera del país sostienen que es de tres dígitos.
(Con información de EFE)
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