El reloj ha vuelto al comienzo de la Guerra Fría entre occidente y los —entonces— países del Este. «El telón de acero está descendiendo, el proceso está en marcha», ha anunciado el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, en una visita a la aliada Bielorrusia. «Que Occidente tenga cuidado para no pillarse con nada», ha agregado frente al jefe de la diplomacia de Minsk, Vladímir Makei. Lavrov ha emulado con estas palabras al entonces primer ministro británico, Winston Churchill, quien anunció en 1946 una larga era de enfrentamiento con Moscú.
Según Lavrov, las relaciones con la Unión Europea «no existen desde 2014». Pese a los esfuerzos negociadores mantenidos estos años por países como Alemania y Francia en ámbitos como los acuerdos de Minsk de 2015, el ministro ruso ha asegurado que el bloque «no ha tenido coraje para razonar con los golpistas que tomaron el poder ilegalmente, y comenzó a apoyarlos en su ofensiva contra los habitantes de Crimea y el este de Ucrania».
Lavrov se ha referido así a las protestas de Maidan de 2014 que culminaron con la huida del expresidente Víktor Yanukóvich en 2014. Sin embargo, el propio Vladímir Putin reconoció la legitimidad de los presidentes electos Petró Poroshenko y Volodímir Zelenski tras los comicios de 2014 y 2019, respectivamente.
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