Un equipo de geocientíficos y arqueólogos encontró cientos de pozos prehistóricos mientras realizaba un estudio geofísico del terreno alrededor de Stonehenge, un yacimiento del Patrimonio de la Humanidad al suroeste de Inglaterra. Muchos de los grandes pozos son miles de años más antiguos que Stonehenge.
No es el primer yacimiento con pozos en la zona. Tres manchas blancas en el antiguo estacionamiento para visitantes de Stonehenge marcan los lugares donde grandes postes de madera sobresalieron del suelo durante el periodo Mesolítico, hace unos 10.000 años. En 2020, un equipo diferente de investigadores encontró 20 pozos a unos 3 km al este de Stonehenge, algunos de los cuales contenían huesos y pedazos de pedernal. Esos pozos estaban dispuestos en un gran arco, formando el yacimiento neolítico más grande encontrado hasta ahora en Gran Bretaña.
La datación de los pozos recién descubiertos va desde el 8200 a. C. hasta alrededor del 1300 a. C., lo que significa que algunos son tan antiguos como los agujeros para postes de madera del Mesolítico y otros más jóvenes que el propio Stonehenge, que se construyó alrededor del 2500 a. C.. El amplio periodo de tiempo en el que se cavaron los pozos sugiere que hay una larga historia de excavación entre los pueblos prehistóricos de la actual Wiltshire. La investigación del equipo que describe los pozos se publicó en el Journal of Archaeological Science.
“Combinando nuevas técnicas de estudio geofísico con extracción de testigos y excavaciones puntuales, el equipo ha revelado algunas de las primeras evidencias de actividad humana descubiertas hasta ahora en el paisaje de Stonehenge”, dijo Nick Snashall, arqueólogo de Stonehenge y Avebury y coautor del artículo, en un comunicado de la Universidad de Birmingham.
Según el comunicado, el tamaño y las formas de los pozos indican que pudieron ser utilizados como trampas de caza para los grandes animales que vagaban por la Inglaterra mesolítica. Criaturas como el ciervo rojo, el jabalí y el uro, un enorme mamífero salvaje que se extinguió hace unos 400 años, quizá fueron conducidas a los pozos por cazadores humanos.
Las trampas de caza a gran escala salpican el paisaje humano de los últimos 10.000 años; si los pozos se usaron para cazar, son similares a las estructuras de pozos gigantes que se encuentran en otras partes de Europa, como Francia y Alemania. Los cazadores mesolíticos de todo el mundo usaban varias trampas para atrapar presas, como las enormes cometas del desierto —básicamente, corrales de piedra— que atrapaban animales guiados hacia ellas en Arabia Saudí.
El equipo encontró 415 pozos en una región de 2,6 km cuadrados alrededor de Stonehenge. Utilizaron un topógrafo electromagnético, que puede detectar estructuras subterráneas midiendo cómo los campos eléctricos viajan a través del suelo y rebotan en un sensor. Luego, tomaron muestras de 62 ubicaciones, excavaron nueve de ellos y calcularon la antigüedad de cada pozo utilizando la datación por radiocarbono.
“Desde los primeros cazadores-recolectores del Holoceno hasta los habitantes de granjas y sistemas de campo de la Edad del Bronce, la arqueología que hemos detectado es el resultado de una ocupación compleja y en constante cambio del paisaje”, dijo Paul Garwood, arqueólogo de la Universidad de Birmingham y coautor de la investigación, en el comunicado de la universidad.
No sorprende que una zona tan antiguamente habitada de Inglaterra tenga más secretos que divulgar. Pero es emocionante que, incluso en un yacimiento famoso y bien estudiado como Stonehenge, aún haya más por descubrir.
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