Tras la victoria del liberal Emmanuel Macron en las elecciones presidenciales, opositores y macronistas se apresuraron este domingo a apelar a los franceses a movilizarse en las legislativas de junio, en las que el presidente necesitaría tener una mayoría de diputados para aplicar su programa.
EFE
«Las elecciones legislativas serán importantes para permitir al presidente seguir actuando», dijo el portavoz del Gobierno, Gabriel Attal, el primero en abrir la batalla para la futura conformación de la Asamblea Nacional, en una intervención en la cadena TF1.
La ultraderechista Marine Le Pen, que quiso ver en su derrota «una forma de esperanza» y la «aspiración de un gran cambio», alertó contra «el elevado riesgo de que Macron se haga con todos los resortes del poder Ejecutivo y Legislativo».
Para evitarlo, en su mismo discurso tras conocer los resultados, llamó a todos los «que quieran unir sus fuerzas contra» Macron a trabajar juntos en los comicios de junio, considerados simbólicamente como «la tercera vuelta».
El tertuliano extremista Éric Zemmour, que tras perder en la primera vuelta del 10 de abril pidió el voto para Le Pen en esta segunda vuelta, dijo querer encabezar una unión de partidos de derecha de cara a la formación de la Asamblea Nacional en junio.
«Hace demasiado tiempo que los que aman a Francia de forma pasional son vencidos. Hace mucho tiempo que los que quieren defender su identidad y poner fin a la inmigración son amargamente decepcionados en la noche de la elección», dijo Zemmour.
Se sumaron a su llamamiento la sobrina de Le Pen, Marion Maréchal, y otros dos ultras, Guillaume Peltier y Nicolas Bay.
Tras la fractura del voto revelada en la primera vuelta, el pasado 10 de abril, la extrema derecha no es la única que llama a crear alianzas.
«La ‘tercera vuelta’ comienza esta noche. Podéis derrotar a Macron y elegir otro camino si dais una mayoría de diputados a la Unión Popular, que debe agrandarse», dijo el líder izquierdista Jean-Luc Mélenchon, que quedó en tercer lugar en la primera vuelta de estos comicios, apenas 400.000 votos menos que Le Pen.
En una declaración televisada, minutos después de que se conociera el vencedor de la presidencial, Mélenchon apeló a la izquierda a ampliar su base y a unir fuerzas.
«Insto a todas las fuerzas de la izquierda democrática que ha sabido frenar a lo peor, a unirse hoy por una nueva izquierda para dirigir los combates del futuro, comenzando por el de las elecciones legislativas», escribió por su parte la socialista Anne Hidalgo en Twitter, que obtuvo menos de un 2 % en la primera vuelta.
Los trece millones de votos recogidos por Le Pen, a los que se suman unos datos de abstención históricos del 28 % y que cerca de un 9 % del voto escrutado son blancos o nulos, llevaron a los líderes de la oposición a movilizar a sus respectivos campos para intentar quitarle la actual mayoría al partido macronista.
En la derecha tradicional, que sufrió un duro golpe en la primera vuelta al quedar por debajo del 5 % que posibilita que el Estado reembolse los gastos de la campaña electoral, el líder de Los Republicanos, Christian Jacob, adujo que «la batalla de las elecciones legislativas se abre hoy».
«A diferencia de la mayoría presidencial, tenemos diputados asentados, que conocen sus territorios. Comienza una nueva campaña», dijo Jacob, que vio en los votos de los extremismos «un grito de alerta» y «un voto de desesperanza».
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