La mascarilla dejará de ser obligatoria en España desde este miércoles en la mayoría de espacios interiores, al igual que ya sucede en otros países europeos, tras aprobar hoy el Gobierno español el fin de su obligatoriedad después de casi dos años.
Como ya sucedió en febrero al eliminar su obligatoriedad en exteriores, el argumento del Ejecutivo que preside el socialista Pedro Sánchez es que sigue mejorando la situación frente a la covid-19 en el país, con la mayoría de la población vacunada.
No obstante, la mascarilla seguirá siendo obligatoria en centros sanitarios, residencias de mayores y el transporte público, y además se mantiene la recomendación de seguir usándola para casos como aglomeraciones o para personas más vulnerables ante el virus.
CASI DOS AÑOS DE OBLIGATORIEDAD
«Avanzamos en la vuelta a la normalidad previa a la pandemia. El éxito de la campaña de vacunación nos permite iniciar ahora una nueva etapa en la lucha contra el COVID19», destacó en Twitter el presidente del Gobierno español.
La mascarilla cubriendo boca y nariz era obligatoria desde mayo de 2020 en España, pero hace tres semanas la autoridades sanitarias determinaron que la pandemia entró en una nueva fase en el país con un «contexto epidemiológico favorable», como recordó la ministra española de Sanidad, Carolina Darias, al exponer este martes la nueva norma en vigor desde mañana.
Otro argumento que destacó fue la «alta cobertura vacunal», del 92 por ciento de los mayores de 12 años en el país, con un descenso de todos los indicadores de la pandemia y de la propia gravedad de la enfermedad.
Una vez pasada la Semana Santa, cuya celebración congrega a multitudes en algunos lugares del país, España se une a naciones europeas que ya se despojaron del que se ha convertido en «uno de los elementos más simbólicos de la pandemia», como Francia, Alemania, Bélgica, Reino Unido o Países Bajos, mientras que otros como Italia, Portugal o Grecia optan por esperar algo más.
Comercios, supermercados, restaurantes y bares, gimnasios, teatros, cines y salas de conciertos son algunos lugares que dicen adiós a la obligatoriedad de la mascarilla.
TAMBIÉN EN EL TRABAJO Y EN LAS AULAS
A la espera de que su publicación el miércoles en el Boletín Oficial aclare algunos detalles, este elemento de protección frente al virus deja igualmente de ser obligatorio en el trabajo y en las aulas.
No obstante, los servicios de prevención podrán decidir si se mantiene en centros de trabajo en determinadas circunstancias.
Por ello, desde practicar un test de antígenos a sus empleados antes de adoptar una decisión hasta mantener las mascarillas donde no se pueda respetar la distancia de seguridad, como en salas de reuniones, son algunas de las medidas que contemplan grandes empresas españolas, que encaran este adiós de forma prudente.
En general, la tendencia parece apuntar a que la mascarilla se exigirá cuando no se pueda mantener la distancia de seguridad, por lo que seguirán suministrándoselas a sus empleados, aunque prevén que dejen de ser obligatorias en el puesto de trabajo y en desplazamientos por el centro laboral.
En el ámbito escolar y universitario, «en ningún caso» será exigible en las aulas, solo voluntario, después de que desde febrero ya se haya eliminado en los espacios de recreo sin problemas.
Aunque en este como en otros ámbitos la nueva normativa recomienda su «uso responsable» si se considera necesaria para personas vulnerables, como inmunodeprimidos, mayores de 65 años, enfermos con patologías de riesgo o embarazadas.
España contabiliza 103.721 fallecidos y unos 11,7 millones de casos positivos de covid-19 desde el inicio de la pandemia, según datos oficiales.
EFE
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