Las autoridades salvadoreñas han detenido a más de 9.000 presuntos pandilleros en los últimos 15 días, anunció este domingo el presidente Nayib Bukele, en medio de un estado de excepción impulsado por el mandatario luego de un repunte de homicidios que del 25 al 27 de marzo dejó 87 personas muertas.
AFP
«Más de 9.000 pandilleros (detenidos) en solo 15 días. Seguimos guerra contra pandillas», aseguró en Twitter el mandatario, criticado por organismos humanitarios a nivel local e internacional por presuntas violaciones a los derechos humanos.
El Salvador, en su lucha contra las pandillas, no había realizado en las últimas dos décadas detenciones de miles de supuestos pandilleros en tan corto período.
Por su parte, la Policía Nacional Civil (PNC), informó en Twitter que el sábado fueron capturados «507 terroristas». Desde el inicio «de la guerra contra pandillas hemos puesto tras las rejas, a un total de 9.120 pandilleros».
En respuesta a la violencia de las pandillas, la policía y el ejército iniciaron arrestos masivos el 26 de marzo y un día después el Congreso, controlado por los oficialistas, aprobó un estado de excepción que da cobertura legal a las detenciones sin orden judicial.
Además, el Congreso aprobó, a petición de Bukele, reformas para aumentar de nueve a 45 años de prisión la pena máxima por pertenecer a pandillas y castigar con hasta 15 años de prisión la difusión de mensajes de pandillas en medios de comunicación.
La legislación también va dirigida contra aquellos que «marquen» sus territorios con siglas, una práctica que los pandilleros usan para amedrentar y amenazar de muerte a quienes los denuncian ante las autoridades.
Coordinados por la Dirección de Centros Penales, presos de El Salvador comenzaron el jueves a borrar grafitis que las pandillas violentas utilizan para marcar el territorio en el que operan.
Las pandillas Mara Salvatrucha (MS-13) y Barrio 18, entre otras, suman unos 70.000 miembros, y hasta marzo 16.000 de ellos están en prisión, pero de acuerdo con los informes de las últimas detenciones, la cifra ascendería a más de 25.000 privados de libertad.
El Salvador cerró 2021 con 1.147 homicidios (18 por cada 100.000 habitantes), mientras que en 2020 registró 1.341 muertes violentas.
Pandilleros seguirán encarcelados
La Fiscalía General de la República (FGR), confirmó que la mayoría de pandilleros remitidos a los tribunales seguirán en la cárcel mientras se ventila cada caso.
El sábado tras el fin de nueve audiencias masivas «quedan en prisión provisional 498 imputados de 499 que se presentaron», escribió en Twitter el fiscal general, Rodolfo Delgado.
Para procesar a los detenidos, la Corte Suprema de Justicia creó 15 Juzgados Especializados de Instrucción, y los ya existentes juzgados de menores.
«Queda claro que los pandilleros no saldrán libres, como pasaba antes», resume Bukele al comentar el resultado de las primeras audiencias.
Las pandillas que operan en El Salvador ponen a niños y adolescentes en riesgo de entrar al mundo del crimen, y la respuesta del Estado con cárcel no es la solución, advirtió el jueves la Unicef.
«La violencia de pandillas (maras) es inaceptable; daña significativamente a las comunidades y pone a muchos niños, niñas y adolescentes en riesgo de vincularse al mundo del crimen», consigna en un comunicado el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
Unicef censuró la reciente reforma a la ley penal juvenil para que niños y adolescentes pertenecientes a pandillas que tengan entre 12 y 15 años de edad enfrenten hasta 10 años de prisión. Los mayores de 16 años podrían tener hasta 20 años de prisión.
Iglesia pide diálogo
Tras considerar que las muertes provocadas por las pandillas contra personas inocentes es algo «gravísimo», el cardenal y obispo auxiliar de San Salvador, Gregorio Rosa Chávez, consideró que es el momento que las autoridades y la sociedad tengan un diálogo para buscar una salida a la violencia fratricida.
«La semana santa es una semana para reflexionar, y también para rectificar, para que todos nos convirtamos en auténticos artesanos de la paz», declaró a la AFP Rosa Chávez, tras oficiar la misa del domingo de ramos en la iglesia San Francisco de San Salvador.
«El diálogo supone escuchar a la gente, y este (la violencia homicida) es un tema delicadísimo e importantísimo para que de veras tengamos paz social ante este problema de la delincuencia (pandillera) y la inseguridad que sufrimos en El Salvador», subrayó el cardenal.
EE.UU. preocupado
«Estamos sumamente preocupados por el alza de violencia y homicidios cometidos en El Salvador, el 25, 26 y 27 de marzo, por las pandillas MS-13 y Barrio 18», consignó una declaración del secretario de Estado Antony Blinken, distribuida en español por la embajada de Estados Unidos en San Salvador.
También por «la aprobación e implementación de reformas al Código Penal, votadas por la Asamblea Legislativa el pasado 5 de abril, las cuales criminalizan los reportes periodísticos de ciertas actividades de pandillas».
Según el texto firmado por Blinken, «las pandillas representan una amenaza a la seguridad nacional tanto de El Salvador como de los Estados Unidos. Urgimos a El Salvador abordar esta amenaza protegiendo al mismo tiempo libertades civiles vitales, incluyendo la libertad de prensa, el debido proceso y la libertad de expresión».
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