El reciente escándalo en redes sociales desatado en Venezuela a propósito de una celebración en el campamento Canaima, en el parque nacional del mismo nombre, tiene varias aristas por relatar. Este testimonio es solo una de ellas.
na excursión «chic» de 30 personas vestidas de etiqueta, transportadas en helicóptero a la cima del tepuy Kasuri, en el parque Canaima, desató un escándalo en Venezuela. Una de las invitadas fue Titina Penzini, figura pública de medios tradicionales y digitales y sobre quien se concentró el odio en redes sociales.
Titina Penzini (su hermano Pedro también asistió) relata de primera mano los hechos ocurridos en el campamento Canaima, más allá de la histeria de las redes sociales y de las fotografías mezcladas de lugares distintos.
En la cima del tepuy Kasuri, en el parque nacional Canaima está erigida desde hace años una antena de la telefónica CANTV y su filial Movilnet. También hay un refugio para la estación de telecomunicaciones y de hidrología y un helipuerto de concreto.
A ese lugar llegó el grupo de unas 30 personas, entre invitados y personal de apoyo, en una excursión a la que asistió Titina Penzini como amiga del anfitrión, el empresario Rafael Oliveros, quien desde hace seis años es operador privado del campamento Canaima, en sociedad con la empresa estatal operadora turística Venetur.
Ni tan chic
“No se trató de una fiesta como tal, fue una excursión. Lo que hice distinto fue estar en vestido de gala, que fue lo inusual en el lugar”, dice Titina.
El escándalo derramó millones de bits en las redes sociales cuando las primeras versiones no contrastadas afirmaron que se trató de una fiesta ecocida que se prolongó durante cuatro días en la cima de un tepuy del parque nacional Canaima.
Titina fue sometida a un juicio sumarial en redes sociales y en algunos medios digitales. Hasta ahora nadie había buscado su versión directa de los hechos.
La excursión era parte de una visita de cuatro días al campamento Canaima para celebrar el cumpleaños 50 de Oliveros, amigo personal de los invitados.
Canaima es uno de los seis campamentos operativos (hay otros tres inactivos) en el parque nacional del mismo nombre, un lugar único que tiene fama internacional y es el principal atractivo turístico de Venezuela.
De los campamentos operativos hay tres que brindan paquetes de visitas que ofrecen sobrevuelos en helicóptero a la cima de los tepuyes, esas montañas que son como islas aéreas, con sus paredes verticales y que tienen un valor espiritual para la etnia pemón, primeros habitantes de estos paisajes.
Los propios pemones manejan exclusivamente cuatro campamentos en Canaima, un poblado de 2.840 habitantes azotado por las penurias de la recesión económica y la pandemia que paralizó por completo el flujo de turistas durante largos meses.
Destino turístico tradicional
Los vuelos se reanudaron el 19 de diciembre de 2020. Por estos comienzos de 2022 unos 160 visitantes, principalmente turistas, llegan cada semana en vuelos desde Maiquetía, según datos de Asocanaima, la asociación de empresarios turísticos del lugar, consultados por El Estímulo.
También han ido ya unos 900 rusos llevados en vuelos charter desde Margarita y que visitan el país como parte de un reciente esquema de cooperación entre los gobiernos de Rusia y Venezuela.
Los amigos de Oliveros llegaron en uno de esos vuelos de la aerolínea estatal Conviasa desde el aeropuerto de Maiquetía, en medio de una estrategia oficial que quiere promover el regreso del turismo de alto nivel en Guayana.
La celebración de Oliveros se llevó a cabo en el campamento Canaima, con un día de excursión a la cima del tepuy Kusari, donde el grupo pernoctó desde la tarde del sábado. A los visitantes les explicaron que el operador tenía los permisos correspondientes tanto de las autoridades como del cacique local para quedarse a dormir una noche en el Kusari.
Los invitados debieron pagarse de su bolsillo su transporte hasta Canaima así como el paquete de estadía (con descuento) en el campamento, aclaró otra de las fuentes.
La invitación, del 3 al 6 de febrero incluía la llegada en la tarde del día 3 al campamento y salida con entrega de maletas a las 10 de la mañana, con vuelo a Caracas a las 2:00 de la tarde del domingo 6 de febrero. La fiesta aniversario fue la noche del día 5 en el restaurant Jimmy Angel’s Bar, del campamento, no en la cima de un tepuy, agrega otra fuente.
Una parrillada en la playa de la laguna, tacos mexicanos, hamburguesas, bebidas ligeras completaban el menú durante la estadía en el campamento, de acuerdo a la programación organizada para los invitados.
Paquete turístico
La estadía en el campamento y hotel Canaima fue similar a la oferta pública que hacen las otras operadoras turísticas en la zona, donde según Asocanaima, hay unas 503 camas operativas de un total de 603 instaladas. Tras largos meses de parálisis por los efectos de la pandemia, la ocupación está hoy en torno al 20% o 17%, según este gremio que busca rescatar el turismo como medio de vida y alternativa ante el auge de la minería ilegal en el territorio.
Canaima además tiene problemas verdaderamente graves: a solo 30 kilómetros están las minas ilegales de oro, donde se arrasa el paisaje y contaminan los ríos con mercurio y cianuro. La planta de tratamiento de aguas residuales (cloacas) del pueblo no funciona y no hay un medios adecuados de disponer de la basura de los hogares y campamentos.
Pero, dijo otra fuente, lo inusual fue quedarse a dormir una noche en el tepuy. No obstante, es frecuente que excursionistas duerman por ejemplo en el Auyan Tepuy, por cuyas faldas discurre el Salto Angel, o Churum Merú, por lo que no pareció nada imposible. También se quedan, mucho más lejos, en el Roraima, en los confines de la frontera de Venezuela con Brasil y Guyana.
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