El secretario general de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas, Martin Griffiths, ha remarcado este viernes a la comunidad internacional la necesidad de «redoblar» sus esfuerzos para hacer frente a la crisis humanitaria y a la violencia intercomunitaria que afecta a miles de personas en el noreste de Nigeria.
Tras una visita de cuatro días que le ha llevado hasta las ciudades de Maiduguri, Bama y Damasak, todas ellas en el estado de Borno, donde se ha reunido con autoridades locales y socios humanitarios, Griffiths ha calificado de «desgarradoras» las consecuencias que la violencia y los desplazamientos forzados han tenido para miles de personas.
A pesar de ello, ha puesto de relieve el «coraje increíble» que todas estas personas han presentado frente a la «despiadada violencia, los asesinatos, los secuestros y los repetidos desplazamientos forzados», en especial el mostrado por muchas mujeres, supervivientes de «años de cautiverio»
«Es nuestro deber ayudar a reconstruir sus vidas», ha dicho. El conflicto que se vive en la cuenca del lago Chad ha supuesto un alto precio para las comunidades de las zonas fronterizas de Nigeria, Camerún, Chad y Níger. Unas diez millones de personas están en riesgo actualmente y necesitan más que nunca necesitan asistencia humanitaria, apunta Naciones Unidas.
Griffiths también ha informado del compromiso del gobernador del estado de Borno, Babagana Umara Zulum, para mejorar las condiciones de seguridad, así como del de Naciones Unidas para de manera conjunta ayudar a mejor la protección y la resiliencia de la población civil y de los trabajadores humanitarios.
«Buscaremos soluciones duraderas para salir de la crisis siempre que sea posible. Está claro que compartimos un objetivo común, defender la dignidad de los nigerianos y encontrar formas de aliviar su sufrimiento», ha recordado.
El jefe humanitario de Naciones Unidas también ha mantenido encuentros con los «valientes» trabajadores humanitarios, «la mayoría de ellos nigerianos», que «incansablemente y, a menudo, bajo un gran riesgo personal» siguen ayudando a los demás. «Admiro profundamente su compromiso», ha dicho Griffiths, quien les ha prometido todo el apoyo de la ONU.
La muerte del líder de Boko Haram, Abubakar Shekau, y también la de Estado Islámico en África Occidental (ISWA), Abu Musab al Barnaui, en los últimos meses no ha hecho que la violencia remita en la cuenca del lago Chad. Actualmente, 10,6 millones de personas necesitan ayuda en el oeste de Chad, el noreste de Nigeria, el este de Níger y el extremo norte de Camerún.
Unos 3,3 millones de personas tienen problemas para garantizar su sustento, el peor dato en cuatro años, y 400.000 niños presentan desnutrición aguda. Actualmente hay unos 2,8 millones de desplazados internos –2 millones solo en Nigeria– y 264.000 personas han buscado refugio en los países vecinos.
Con información de Europa Press.
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