La UE y Kiev rechazan una vuelta a la política de bloques de la Guerra Fría y exigen participar en las negociaciones para solucionar el conflicto con Moscú.
Javier G Cuesta | Manuel V. Gomez | El País
“No hay seguridad en Europa si no hay seguridad en Ucrania”. Con esta frase, el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, ha mostrado claramente este miércoles el apoyo de la Unión Europea al país del este europeo al hablar sobre el conflicto abierto entre Rusia y Ucrania desde hace casi ocho años y que se ha calentado mucho en los últimos meses con la presencia en el lado ruso de la frontera de unos 100.000 soldados enviados por el Kremlin. Además, estas palabras del alto representante para la Política Exterior de la UE encierran un mensaje para el Kremlin: no puede aspirar a resolver las cuestiones estratégicas que afectan al resto de Europa “sin contar con los europeos”.
La Unión Europea está tratando de evitar una vuelta a un escenario de política internacional en el que las grandes potencias se reparten sus esferas de influencia sin contar con los demás países. “No estamos en la época de Yalta”, ha proclamado Borrell en referencia a la famosa conferencia de 1945, cuando en los últimos compases de la Segunda Guerra Mundial el entonces presidente estadounidense, Franklin D. Roosevelt, el primer ministro británico, Winston Churchill, y el dictador soviético, Josef Stalin, se repartieron sus respectivas áreas de control en Europa. “La delimitación de las esferas de influencia no es una cuestión de 2021 o 2022. La seguridad de Europa y la seguridad de Ucrania, porque Ucrania es parte de Europa, es lo que preocupa a los ucranios y los europeos”, ha recalcado el alto representante de la UE tras una visita a la línea que separa a las fuerzas ucranias de los combatientes prorrusos en la región de Donbás.
En las últimas semanas, Bruselas ha recalcado que pretende aumentar su influencia en la resolución de este conflicto. En diciembre, los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete, en el último Consejo Europeo del año, avisaron a Rusia de que impondrían “sanciones enormes” si invade Ucrania. La misma advertencia ha sido recordada este miércoles por Borrell, pero esta vez ante el ministro de Asuntos Exteriores ucranio, Dmytro Kuleba, quien ha destacado la importancia del apoyo europeo. Para el Ejecutivo de Kiev, la visita del alto funcionario la UE a la región de Donbás es “muy importante, justo ahora”. Y coincidió con Borrell en que las políticas de esferas de influencia “son el pasado”.
“Es la primera vez que un alto representante del bloque visita Donbás desde que Rusia lanzó la guerra. Es un signo de la unidad de Ucrania y la Unión Europea frente a las grandes amenazadas de Rusia”, dijo Kuleba, quien viajó con Borrell a la zona de conflicto en el este del país. “Han incluido a Ucrania hace poco en el Fondo Europeo de Paz, que destinará 31 millones de euros a mejorar las capacidades de nuestras Fuerzas Armadas para defenderse”, recalcó el ministro sobre el apoyo de Bruselas.
Los dos políticos viajaron en helicóptero desde Jarkov durante casi dos horas hasta uno de los puntos calientes de la línea de contacto, Stanitsia Luganksa, a un kilómetro escaso de la autoproclamada república separatista de Lugansk. Allí los militares ucranios mostraron a Borrell las posiciones de los combatientes prorrusos y sus francotiradores. Posteriormente, la comitiva tuvo que regresar por carretera al impedir el mal tiempo un vuelo.
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