El primer ministro de Sudán, Abdalá Hamdok, anunció este domingo, su renuncia durante un discurso televisado a los 42 días de haber alcanzado un acuerdo con los militares para volver a ocupar el puesto del que se le había expulsado en el golpe de Estado del 25 de octubre.
EFE
«Anuncio mi dimisión del puesto del primer ministro para dejar la oportunidad a un hijo o hija de esta patria generosa para liderarla y dirigirla durante lo que queda del periodo de transición hacia un Estado civil y democrático», dijo Hamdok en su alocución.
La dimisión de Hamdok se produjo horas después de una nueva jornada de manifestaciones contra la asonada y contra su posterior pacto con el líder militar del país, Abdelfatah al Burhan, en la que murieron al menos tres manifestantes, según el opositor Comité de Médicos, con lo que ascendieron a 57 los fallecidos en protestas contra el golpe.
Durante las dos últimas semanas se habían publicado en varias ocasiones rumores sobre la inminente dimisión de Hamdok, sobre todo tras las últimas manifestaciones, en las que murieron varios manifestantes, principalmente por disparos de bala, y se denunció incluso las violaciones de varias mujeres por partes de las fuerzas de seguridad en una de ellas.
«Un nuevo Sudán»
Aunque no explicó explícitamente la razón por la que ha tomado esta decisión, tuvo palabras de aprecio para «los hombres y mujeres jóvenes de los comités de resistencia», los responsables de convocar las jornadas de protesta contra el golpe de Estado y a favor de un Gobierno civil.
«Lo habéis hecho bien y vuestra firmeza fue inspiradora y dio forma a las características de un nuevo Sudán», afirmó.
Sin embargo, a los militares les señaló que «el pueblo es la máxima autoridad soberana, y las fuerzas armadas son las fuerzas de este pueblo que cumplen sus órdenes».
Repuesto en el cargo a finales de noviembre
Hamdok resultó nombrado primer ministro en agosto de 2019 para liderar el proceso de transición acordado entre militares y fuerzas políticas y civiles tras el derrocamiento, en abril de ese año, del dictador Omar al Bashir.
Tras el golpe de Estado del pasado 25 de octubre, en el que los militares disolvieron el Gobierno y detuvieron a varios de sus miembros y otros civiles que participaban en los órganos de transición, estuvo en arresto domiciliario durante varias semanas hasta que fue repuesto en el cargo el 21 de noviembre.
Ese día firmó un acuerdo con Al Burhan para formar un gobierno de tecnócratas sin la participación de los partidos y fuerzas civiles que protagonizaron las protestas que llevaron a la caída de Al Bashir y que propusieron a Hamdok en 2019 para el puesto.
La mayoría de estas fuerzas consideró el pacto como una traición del primer ministro y siguió participando en las manifestaciones en contra de los militares, en los que han fallecido desde ese día 15 personas que participaban en las protestas por la represión de las fuerzas de seguridad.
Además, tres estas seis semanas Hamdok no había formado todavía gobierno.
Durante su discurso defendió que su acuerdo con los militares fue «un intento más de llevar a las partes a la mesa de diálogo y acordar una hoja de ruta para cumplir el resto del período de transición».
Además, afirmó que «el país atraviesa un peligroso punto de inflexión que puede amenazar toda su supervivencia», lo que achacó a los desacuerdos y los conflictos entre los distintos componentes de la transición.
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