La Red de Vigilancia del Genoma Sudáfrica (NGS-SA, en sus siglas en inglés) presentó el miércoles por la tarde los avances preliminares de su estudio de la variante ómicron ante la Comisión de Salud del Parlamento del país. Siguen necesitando tiempo para ir ajustando los datos pero, en lo que ya consideran el comienzo de la cuarta ola de covid-19, aseguraron que se están concentrando en la transmisibilidad y el efecto sobre la inmunidad que proporcionan las vacunas. Richard Lessels, experto en enfermedades transmisibles, señaló: “Una gran parte de la población está obteniendo la inmunidad con las vacunas o pasando la enfermedad, por lo que es complejo decir cuál será la evolución. La genética de la ómicron es completamente diferente de la delta o de las variantes anteriores”. Tampoco saben si el período de incubación se mantiene en la media de cinco días que habían comprobado. Pero, aseguró Lessels, sí tienen la certeza de que “las vacunas son la herramienta que puede impedir que la enfermedad sea grave y se precise de hospitalización”.
“Nos preocupa no tanto el número de mutaciones, sino dónde se concentran, porque muchas lo hacen en la proteína de pico, y en concreto en partes clave, importantes en el acceso a nuestras células. No sabemos si los anticuerpos podrán con ellas”, explicó Lessels. También apuntó que, aunque la mayor parte de los positivos de la nueva variante están superándola con síntomas leves, “es demasiado pronto para decir cómo de peligrosa es la ómicron, porque ha sido detectada hace muy poco”. “No sabemos si veremos casos más graves o no”, aseguró.
Durante la presentación, el experto confirmó que la variante ómicron, presente ya en todas las provincias del país, va a tomar el relevo de la delta, “que se estaba expandiendo en unos niveles muy bajos”, y destacó que la prueba PCR es capaz de detectarla sin necesidad de realizar la secuenciación del genoma. “Una de las tres señales u objetivos en la PCR da negativa, las otras dos positivas, por lo que el test sigue dando positivo pero se observa algo diferente. No es posible detectar el gen de la espiga. Y eso fue lo que ocurrió en el laboratorio Lancet de Gauteng [provincia del norte de Sudáfrica]. Se dieron cuenta de que algunos de los casos positivos tenían esta marca: la caída del gen. Algo que no pasa con la delta. Por eso, con la PCR podemos seguir el rastro de esta variante en tiempo real, no es preciso tener la secuencia genética completa que suele tardar dos semanas en laboratorio”.
El efecto de las mutaciones combinadas de la variante ómicron en el comportamiento del virus es la gran incógnita. Entre los datos que han logrado confirmar, destacan los siguientes: la transmisibilidad es mayor; las vacunas, aunque la variante está afectando a pacientes con la pauta completa, evitan la hospitalización; el riesgo de reinfección es mayor; el efecto de la medicación (Dexametasona) no se altera porque esta no trata el virus sino que calma los síntomas; y, sobre si es un virus más grave, apuntan que al haberse contagiado sobre todo jóvenes de entre 20 y 39 años con mayor capacidad inmunológica para resistir la covid-19, no pueden concluir nada por el momento.
El Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas de Sudáfrica (NICD, en sus siglas en inglés) confirmó que en noviembre, de 249 secuencias localizadas, 183 fueron de la ómicron. La inmunidad una vez pasada la covid-19, cuya duración se desconoce, no ofrece protección ante esta variante.
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