Los trabajadores de tres cafeterías de la cadena Starbucks en la ciudad de Buffalo (EE.UU.), que luchan por crear el primer sindicato de dicha empresa en Estados Unidos, insistieron este miércoles en su deseo de «hacer historia» a pesar de las presiones de la dirección de la compañía, contraria a que los trabajadores se afilien a un sindicato.
EFE
“Quiero que Starbucks vuelva a ser la empresa con la que comencé, la empresa para la que estaba orgullosa de trabajar. Con nuestra victoria electoral, Starbucks tiene la oportunidad de dejar atrás la lucha contra los sindicatos, sentarse con nosotros como socios y negociar el primer contrato sindical de Starbucks, que encaja con la historia de Starbucks de ser una empresa con conciencia social» dijo a los medios Michelle Eisen, una empleada de la cadena.
Tres cafeterías de esa ciudad del norte del estado de Nueva York están inmersas en un proceso de votación que concluye el 8 de diciembre y cuyo resultado se anunciará el día 9.
Los empleados denunciaron en su intervención, que pudo seguirse a través de internet, que los responsables de la empresa han recurrido a presiones individuales y colectivas para que rechacen la formación de un sindicato.
A pesar de la estrategia antisindicalista desarrollada por la empresa, desde que comenzaron el proceso para sindicarse, otras tres tiendas han presentado sendas solicitudes a la Junta Nacional de Relaciones laborales (NLRB, por sus siglas en inglés) que estudiará su caso a partir de este jueves, para decidir si también pueden proceder a una votación para constituirse en sindicato.
James Skretta, un trabajador de uno de los tres locales que acaba de comenzar dicho proceso, denunció que las presiones de la empresa están causando ansiedad y estrés entre sus compañeros.
«Lo que todos estamos experimentando es una guerra psicológica», dijo Skretta.
Para Jaz Brisack, otra empleada, la importancia de esta votación está en si los trabajadores pueden «romper el frente y la historia antisindical de Starbucks y ganar su derecho a organizarse».
«Porque estamos tratando de llevar al resto de la empresa y, de alguna manera, a gran parte de esta industria con nosotros cuando luchamos por el derecho a organizarse y por un buen contrato sindical», agregó Brisack.
Varias personalidades progresistas del país como la congresista demócrata Alexandria Ocasio-Cortez, el senador Bernie Sanders, o la fiscal general de Nueva York, Letitia James, han mostrado su apoyo a los empleados frente a los intentos de la empresa por frustrar sus intentos de sindicarse.
El pasado 4 de noviembre, los trabajadores, que pretenden asociarse bajo el nombre Starbucks Workers United, presentaron una denuncia por intimidación contra la dirección de la empresa en un tribunal local.
Starbucks no es la primera gran cadena en Estados Unidos que se resiste a la sindicalización de sus trabajadores.
Amazon, el segundo mayor empleador del país y conocido también por su antisindicalismo, se enfrenta a un intento similar de unos trabajadores de un almacén de Nueva York y otros en Alabama.
El lunes pasado, la Junta Nacional de Relaciones Laborales (NRLB, en inglés) de EE.UU. autorizó una nueva elección para la creación de un sindicato en un almacén de Amazon en Alabama, tras las denuncias de «interferencias e injerencias» en la votación previa por parte de la compañía, según informó el grupo que representa a los trabajadores.
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