El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, amenazó con “retirar dinero de educación y salud” si el Congreso decide retirar su veto a dos artículos de un proyecto de ley que prevé la entrega gratuita de productos de higiene femenina a estudiantes de bajos ingresos, o mujeres sin hogar o en situación vulnerable.
“Si el Congreso tumba el veto de las compresas, voy a tomar el dinero de salud y educación, de algún lado tengo que tomarlo”, dijo Bolsonaro durante un encuentro este domingo en Guarujá, en San Pablo, desde donde criticó a la autora de este proyecto de ley, la diputada del Partido de los Trabajadores (PT) Marília Arraes.
“Ella lo puso gratis, pero no hay una cigüeña que vaya a repartirlo a todo el mundo”, dijo Bolsonaro, quien ha justificado su veto a estos dos artículos del texto alegando que supondría un gasto superior a los cien millones de reales (unos 18 millones de dólares).
El pasado miércoles el presidente Bolsonaro decidió vetar dos artículos de la propuesta legislativa presentada por la diputada Arraes, el número uno, que acordaba la distribución gratuita de productos de higiene femenina; y el tres, en el que se estipulaba quiénes serían las beneficiadas por la norma.
Según la norma que fue aprobada por Diputados y el Senado, la fuente de financiamiento es el Sistema Único de Salud (SUS). El plan apunta también a las adolescentes, porque parte de la deserción escolar tiene que ver con la salud menstrual, ya que el 25% de las jóvenes faltó a clases por no tener equipamiento de higiene íntima.
De todas formas, Bolsonaro argumentó que no había fondos para implementar la ley. “La inteligencia puede ser utilizada para el bien o para el mal (… ). Cuando se presenta un proyecto, hay que mostrar el coste. Si yo sanciono esto durante mi mandato es un crimen de responsabilidad según el Artículo 85 de la Constitución, proceso de ‘impeachment’”, dijo.
El presidente vetó también el artículo que incluía a las toallas íntimas en las canastas básicas distribuidas por el Sistema Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional. Pero mantuvo el texto que indica que hay que promover una campaña educativa y que autoriza a los gestores educativos a utilizar recursos para proveer unilateralmente los productos.
Ahora, el Congreso puede decidir si mantiene o derriba los vetos, para lo cual tiene 30 días de plazo. El tema está ganando fuerza en el marco de la pandemia de coronavirus y sobre todo en el último año con el aumento de precios en productos de limpieza, higiene personal y alimentos.
Informes de la televisión mostraron cómo familias que han dejado de comprar gas para cocinar y ahora utilizan leña también abandonaron la compra de toallas íntimas y, en cambio, utilizan miga de pan para la higiene de la fase menstrual.
El proyecto tenía como objetivo ayudar a 5,6 millones de personas que menstrúan, con un costo de 119 millones de reales al año, unos 53 millones de dólares.
Unas 4 millones de jóvenes no tienen artículos básicos en las escuelas públicas cuando están menstruando y 713.000 de ellas viven sin acceso a un baño o ducha en sus domicilios, según un estudio realizado por la Universidad Federal de Pará y Unicef, el organismo de la ONU para la infancia, citado por el portal de noticias UOL.
(Con información de Europa Press y Telam)
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