Y de repente la gente se pregunta: ¿Qué está pasando en nuestra ciudad?, tratando de obtener una respuesta sobre el caos y la anarquía que reinan en la capital tachirense, que se ha ido deshumanizando, hasta el punto que se ha convertido en tema de preocupación por los diversos escenarios, no acordes con el funcionamiento de una ciudad. Uno de estos aspectos tiene que ver con materia de tránsito terrestre, debido a la gran cantidad de accidentes que a diario ocurren, dejando un alto índice de personas heridas o muertas, y totalmente al descubierto una marcada indiferencia de las autoridades competentes, que permanecen imperturbables ante tan grave problema.
Los organismos de auxilio y rescate prácticamente no dan abasto para afrontar las emergencias, que con pasmosa sucesión ocurren, una tras otra, causando la movilización de personal y recursos, con los cuales poco cuentan. Los bomberos de la ciudad y los paramédicos de Protección Civil lo han expresado en varias oportunidades, debido a que están viviendo una situación que ha rebasado sus capacidades.
Los mismos organismos dispensadores de salud, como el Hospital Central de San Cristóbal, han exteriorizado su preocupación por la gran cantidad de personas que, víctimas de traumatismos, ingresan por las áreas de emergencia, en su mayoría motorizados.
Desorden y anarquía
Dice el viejo dicho popular que lo que está a la vista no necesita anteojos, pero pareciera que no es así, porque la acción por parte de los organismos que están obligados a actuar no ocurre. Con frecuencia se observa cómo las normas de circulación son irrespetadas, particularmente por conductores de motocicletas que desacatan señales, semáforos, contravienen flechado y cometen numerosas infracciones, a la vista de todos.
Solo basta con detenerse un momento, en cualquiera esquina, en cualquier parte de la ciudad, para observar sobre el propio terreno un comportamiento que incurre en el abuso y la irresponsabilidad por parte de decenas de motociclistas, lo cual no es compartido ni justificado por una gran cantidad de ellos que utilizan sus máquinas para el trabajo o su traslado personal, y no están de acuerdo con este comportamiento, porque los perjudica a todos.
J. G. Molina, mototaxista de Barrio Obrero, considera que por uno pagan todos, y hace un llamado a sus colegas motorizados para que desistan de este comportamiento inadecuado. Los mismos mototaxistas deben entrar por el aro y cumplir con las normas de circulación, porque están prestando un servicio público y colocan en peligro la vida de sus usuarios, dice. Algunos ni siquiera facilitan a su pasajero el elemental casco de protección, acota.
Zonas como La Concordia, centro de la ciudad y Barrio Obrero se han convertido en sitios de gran inseguridad en materia de tránsito. De igual manera, la situación se presenta en casi todos los puntos de la capital tachirense. “Uno va por su vía, cuando de repente se encuentra con un motorizado de frente y debe maniobrar rápido para evitar un accidente, y si dice algo, se arma la sampablera porque la reacción suele ser agresiva, comentó un taxista, también de la zona de Barrio Obrero.
Automóviles, camiones y busetas
Esta situación no es exclusivamente de motorizados. El irrespeto a las normas y el abuso se han detectado en automovilistas, camioneros y buseteros que, ante la impunidad, incurren en lo mismo. Se les ve contraviniendo flechados, desacatan pares y semáforos y paran donde sea, porque saben que no les ocurrirá nada, que difícilmente serán sancionados. En la zona de Barrio Obrero hay quejas por el comportamiento de automovilistas que bajan por el pasaje Pirineos y suelen “comerse la flecha” para ingresar a un conocido establecimiento de venta de medicamentos.
Para leer la nota completa, pulsa aquí
Si quieres recibir en tu celular esta y otras informaciones descarga Telegram, ingresa al link https://t.me/albertorodnews y dale click a +Unirme.