El Consejo de Seguridad de la ONU prorrogó este viernes por seis meses el mandato de la misión de la organización en Afganistán (UNAMA), a la espera de adaptarlo en un futuro próximo a la nueva situación creada por la toma del poder por parte de los talibanes.
DW / EFE
Por unanimidad, los quince países del Consejo acordaron una extensión sin cambios para la UNAMA, una misión política que lleva en el país desde 2002 y que, entre otras cosas, se ocupa de vigilar la situación de los derechos humanos y facilitar el suministro humanitario.
Noruega, que junto a Estonia se encargó de redactar la resolución aprobada hoy, destacó que esta prórroga es «un paso vital» para garantizar que la ONU permanece en Afganistán y apoyar a su población en la actual crisis, con millones de personas necesitadas de ayuda.
«La situación sobre el terreno es cambiante y esta tarea puede encontrarse con desafíos, pero es más importante que nunca», señaló la embajadora noruega, Mona Juul, inmediatamente después de la votación.
La representante de Estados Unidos, Linda Thomas-Greenfield, destacó también la importancia de que Naciones Unidas pueda continuar su trabajo en Afganistán tras la retirada de las tropas internacionales.
En declaraciones a los periodistas minutos antes, Thomas-Greenfield apuntó que los únicos cambios que se han introducido en el texto buscan asegurar que no se da un «reconocimiento indebido a los talibanes».
Organizaciones de derechos humanos habían subrayado la necesidad de que la ONU continúe sobre el terreno y hoy dieron la bienvenida a la decisión.
«La renovación del mandato de la UNAMA supone que la ONU puede seguir siendo los ojos y oídos de la comunidad internacional en Afganistán por al menos seis meses. Pero la UNAMA tiene que estar en Afganistán indefinidamente vigilando e investigando supuestos abusos. Hay pocas pruebas que sugieran que los talibanes van a cumplir con la ley internacional de derechos humanos, especialmente con los derechos de mujeres y niñas», señaló en una nota el directo de Human Rights Watch para Naciones Unidas, Louis Charbonneau.
Pese a que la resolución recibió apoyo unánime, durante su negociación los países chocaron en algunos puntos específicos.
La delegación de México, por ejemplo, criticó hoy que no se haya incluido una mención explícita a la necesidad de que haya un respeto estricto de las normas humanitarias y de protección de civiles dada la gravedad de la situación actual.
El documento encargó al secretario general de la ONU, António Guterres, que entregue a finales del próximo enero un informe con recomendaciones para adaptar el mandato de la UNAMA a la nueva realidad en Afganistán.
Con base en ese análisis, el Consejo de Seguridad deberá decidir en marzo cómo modificar las tareas de la misión ahora que los talibanes están en el poder.
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