Desde el año 2014 la crisis económica de Venezuela comenzó a impactar progresivamente al sector inmobiliario, el cual se vio afectado ante la falta de compra de casas y apartamentos, debido a que el poder adquisitivo se fue deteriorando poco a poco.
Maryerlin Villanueva | La Prensa Táchira.
Y es que para optar a un vivienda se contaba con la ventaja de un crédito a través de las entidades bancarias que proporcionaban planes de financiamiento para ello; sin embargo, la situación del país limitó esta acción al punto que los créditos hipotecarios quedaron extinguidos.
Yelitza Rodríguez, vicepresidente de la Cámara Inmobiliaria del Táchira, indicó que en los últimos años las ventas se mantuvieron bajas, por lo que las residencias con mejor precio eran las adquiridas por el comprador, quien busca el mejor costo-beneficio. «Por muchos años trabajamos bajo la modalidad de crédito, los bancos nos señalaban cuál era el procedimiento para hacerlo, pero luego llegó un momento donde el cliente no podía soportar esto, pues a los tres o cinco meses cuando se hacía el desembolso del dinero ya estos recursos no servían para nada», dijo.
Con el paso del tiempo los propietarios comenzaron a exigir que todo fuera cancelado de contado y se ajustaron los precios en dólares, lo que originó la disminución del costo y con ello la poca demanda de compra.
Sobreoferta
Con la migración de venezolanos en búsqueda de una mejor calidad de vida en otros países, se incrementó el número de venta de casas y apartamentos, pues estos recursos servirían para que estas personas pudiesen viajar y establecerse de forma permanente en estas naciones, lo que generó una sobreoferta de los inmuebles.
«La gente estaba desesperada, había pasado guarimbas, la situación no mejoraba y todo esto afecto gravemente al sector inmobiliario», dijo Rodríguez.
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