Un nuevo estudio realizado por el Centro de Medicina Genómica del Instituto de Investigación del Desierto (DRI por sus siglas en inglés), el Distrito de Salud del Condado de Washoe (WCHD) y Renown Health (Renown) en Reno, Nevada, EEUU, detectó que el humo de incendios aumentó las tasas de infección por SARS-CoV-2 en las zonas afectadas, según publicaron los autores en Journal of Exposure Science and Environmental Epidemiology.
Según precisaron los investigadores en la publicación, se examinó si el material particulado fino (PM2.5) de los incendios forestales que azotaron Nevada en el verano boreal de 2020 se asoció con una mayor tasa de infecciones por SARS-CoV-2.
Los resultados indicaron un amento del 17,7% en el número de pruebas positivas de coronavirus en la red de atención médica de Renown Health en Reno, durante los períodos de exposición a PM2.5, que son las partículas de pequeño diámetro que permanecen en suspensión en los incendios. El estudio se llevó a cabo durante los incendios forestales ocurridos entre el 16 de agosto y el 10 de octubre del año pasado.
“Durante la segunda mitad del verano de 2020, dos crisis convergieron en los residentes del oeste de Estados Unidos: la segunda ola de la pandemia de COVID-19 y los incendios forestales generalizados. Como resultado de los incendios forestales, muchos residentes tuvieron una exposición prolongada al humo que contenía niveles elevados de partículas de 2,5 µm de diámetro o menos (PM2,5). Se ha sugerido que incluso un evento de humo de incendios forestales de magnitud moderada puede aumentar el impacto (incidencia o mortalidad) de COVID-19 en ~ 10%, pero esto aún no se ha verificado adecuadamente”, precisaron los autores en la publicación.
“El humo de los incendios forestales puede haber aumentado considerablemente el número de casos de COVID-19 en Reno. Por lo tanto, nuestros resultados corroboran el papel de la contaminación del aire en la exacerbación de la pandemia y pueden ayudar a guiar el desarrollo de políticas de preparación pública en áreas afectadas por el humo de incendios forestales, ya que es probable que los incendios forestales coincidan con la pandemia de COVID-19 en 2021″, expusieron en el estudio.
Tal como previeron los estudiosos, este verano grandes extensiones de EEUU se vieron afectadas por incendios forestales en medio de una ola de calor récord en muchas regiones. El fuego bautizado como “Bootleg”, en el sureste del estado de Oregón junto a la frontera con California, había calcinado hasta hoy más de 157.000 hectáreas desde que fue declarado a principios de julio y destruyó 117 construcciones. Más de 2.000 bomberos trabajaban para combatirlo.
Los autores del estudio citaron investigaciones anteriores que asociaron los niveles elevados de contaminación en el aire con una mayor propagación de la infección por COVID-19.
Cuando en el paper publicado se refirieron a las causas de esta asociación, dijeron que los incendios y el consecuente humo aumenta la susceptibilidad a los virus respiratorios a través de respuestas inmunes modificadas, incluida la inflamación. Además, estimaron que el humo de los incendios podría haber permitido al virus una mayor sobrevida y propagación. Las partículas del humo pueden aumentar la difusión y la supervivencia de los bioaerosoles bacterianos, fúngicos y virales, en general, incluido los del COVID-19.
Otra posible causa, dijeron, es que las concentraciones elevadas de dióxido de nitrógeno ambiental (NO2) que da dan como resultado una sobreexpresión del receptor ACE2, el receptor a través del cual el coronavirus ingresa a las células, en el tracto respiratorio. En cambio, no han logrado aún explicar si tal efecto ocurre en una exposición a corto o largo plazo a la contaminación del aire.
Además de los factores biológicos, los pobladores de las zonas de incendios pueden verse más expuestos a los contagios de COVID-19 porque se ven obligados a permanecer más tiempo en lugares cerrados para evitar la inhalación de humo.
El estudio encontró que las concentraciones de PM2.5 tendían a causar mayores tasas de positividad de 2 a 6 días después de que se registraron las concentraciones, lo que indica un efecto acumulativo a relativamente corto plazo de PM2.5 de los incendios forestales en las tasas de COVID-19.
“Nuestros resultados mostraron un aumento sustancial en la tasa de positividad de COVID-19 en Reno durante un tiempo en el que nos vimos afectados por el humo de los incendios forestales de California”, dijo Daniel Kiser, coautor principal del estudio y científico asistente de investigación de ciencia de datos en DRI. “Es importante tener en cuenta esto, ya que ya nos enfrentamos al humo de los incendios forestales intensos del incendio del Complejo Beckwourth y con los casos de COVID-19 aumentando nuevamente en Nevada y otras partes del oeste de los Estados Unidos”, dijeron.
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