El clima de tensión electoral a escasos tres meses para las elecciones generales del 7 de noviembre en Nicaragua, tiene preocupada a la comunidad internacional y exgobernantes de la región centroamericana.
Por Armando Gómez / vozdeamerica.com
Uno de ellos es el expresidente de Costa Rica y premio Nobel de la Paz 1987, Óscar Arias Sánchez, con quien conversó la Voz de América. Arias Sánchez no escondió su preocupación por las detenciones de por los menos siete aspirantes presidenciales en suelo nicaragüense y la violencia instalada contra opositores al presidente de esa nación centroamericana, Daniel Ortega.
“Los dictadores no saben alejarse de la silla presidencial y quieren mantenerse en el poder a cualquier precio, y es muy triste, porqué la verdad cómo puede él justificar haber encarcelado a todos los precandidatos”, explicó Arias.
El expresidente, que estuvo al frente de Costa Rica en dos períodos, 1986-1990 y 2006-2010, añadió que “para el dictador el poder no se pone en juego, no se rifa. La verdad es que una elección es una rifa. Uno tiene que ir preparado mentalmente para ganar o perder y si se pierde se va para la casa”.
El político, que mantuvo reuniones con Ortega y otros mandatarios de la región durante el proceso y la posterior firma de los diversos acuerdos de paz de las naciones centroamericanas en la segunda mitad de la década de 1980, recordó que el actual gobernante nicaragüense le aseguró en ese momento que, aunque “su país no se convertiría en una segunda Cuba, tampoco sería una segunda Costa Rica”.
En ese contexto, el analista de Asuntos Internacionales y catedrático de las estatales Universidad de Costa Rica y Universidad Nacional de ese país, Carlos Murillo, consideró que desde esos encuentros se vio zanjado el estilo de gobernar entre Arias y Ortega y eso explicaría las críticas del premio Nobel al gobernante nicaragüense.
“Ellos se conocen muy bien, estuvieron muchas, pero muchas horas, reunidos y debatieron de muchos temas del futuro de Nicaragua y de Centroamérica. Por eso es evidente que mientras el expresidente Arias consolidó su visión de estadista y demócrata, el mandatario Daniel Ortega lo que hizo fue consolidar su proyecto dictatorial porque se arrepintió claramente de haber aceptado la oferta de elecciones 1990, de elecciones pluripartidista”, analizó el analista Murillo para la VOA.
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