En el cementerio Corazón de Jesús de Maracaibo, las tumbas en su mayoría están profanadas, robadas y destruidas, también hay urnas viejas que son lanzadas en los pasillos del campo santo.
Desde el comienzo del camino, se observa el deterioro de las tumbas y no hace falta avanzar mucho para darse cuenta de otras muestras de desidia, además de los huesos y cráneos que están a la vista de cualquiera.
“Aquí pueden atracar a cualquiera, si quieren venir a visitar a sus muertos deben hacerlo bien temprano, porque después de las 11 de la mañana es un atraco fijo”, afirmó Eduardo Colina, familiar de un difunto.
Jacqueline Romero fue a visitar la tumba de su bisabuela que está ubicada aproximadamente en el medio de este cementerio y cuando llegó se encontró con la sorpresa de que el osario había sido descubierto y los restos de su familiar estaban al descubierto.
“Yo estoy muy triste, rompieron la bolsa donde estaba mamá y dejaron los huesos todos regados hasta afuera del osario, el cráneo estaba roto, mi pobre abuela. Ya ni los muertos pueden descansar en paz”, afirmó Romero.
Los sepultureros del Cementerio Corazón de Jesús, recientemente abandonaron sus puestos de trabajo. Están cansados de que el salario que tienen no les alcance ni siquiera para un kilo de harina y medio de queso, reseña la web.
Los sepultureros en Maracaibo que ganan solo dos dólares al mes, paralizaron sus actividades y suspendieron las inhumaciones hasta que la alcaldía les incremente el sueldo.
Por entierro el cementerio recibe más de 50 dólares y los enterradores solo consiguen 2 dólares, el resto va a la municipalidad, por eso hacen un llamado al alcalde de la ciudad Willy Casanova, para que evalúe la situación de unos empleados que tienen la responsabilidad de sepultar los restos mortales de otros ciudadanos y que pueden contraer algún tipo de bacteria durante sus labores.
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