.Con el elefante «Big boy» se inauguró este lunes un santuario de animales silvestres rescatados del tráfico ilegal de especies, de la caza furtiva, del abandono y víctimas de la desaparición del 50 % de ecosistemas naturales por actividades antropogénicas.
Juan Carlos Cruz / EFE
El presidente de la Asociación de Zoológicos, Criaderos y Acuarios de México (AZCARM), Ernesto Zazueta Zazueta, explicó que el primer inquilino es «Big Boy», un elefante de circo que vivió cinco años encadenado de sus patas y que fue trasladado hace tres meses de Jalisco a Sinaloa.
El elefante de origen asiático, tiene 40 años, pesa aproximadamente 4 toneladas y permaneció en cautiverio 30 años en circos de México.
El santuario Ostok Animal Protection & Sanctuary se ubica en la localidad de La Campana, en la zona serrana del norte de Culiacán.
«Nos encontramos en una situación muy, muy crítica. En los últimos 30 años hemos perdido el 40 por ciento de toda la fauna que había en nuestro país y el 30 por ciento se encuentra en peligro de extinción», alertó Zazueta.
«Los últimos Gobiernos han incrementado los megaproyectos de urbanización que acaban con el hogar de cientos de miles de animales y han reducido el presupuesto destinado al medioambiente provocando la desprotección de la gran mayoría de las Áreas Naturales Protegidas (ANP) y el desamparo de la fauna silvestre», agregó.
La falta de presupuesto para la protección de la fauna ya provocó la desaparición de los Centros para la Conservación e Investigación de la Vida Silvestre (CIVS) que es donde se albergaba a miles de ejemplares rescatados, por lo que ahora los únicos refugios para estos ejemplares son las instituciones zoológicas del país.
«Actualmente en los zoológicos, criaderos y acuarios miembros de la AZCARM alojamos alrededor de 18.000 ejemplares rescatados del tráfico y/o posesión ilegal, de atropellamientos, del abandono y de acciones humanas que han puesto su vida en riesgo», indicó Zazueta.
«Ya no nos damos abasto, dar un hogar a animales silvestres rescatados por las autoridades y por asociaciones civiles como nosotros (desde elefantes hasta aves) requiere de muchos recursos humanos, de mucho dinero y, por supuesto, de espacios adecuados», prosiguió.
Ante la inminente necesidad de más refugios para la fauna silvestre rescatada en México, Zazueta y el ambientalista Arturo Islas Allende, con la colaboración de expertos, lograron que el Santuario Ostok sea una realidad.
El santuario es un espacio 100 % natural de más de 20 hectáreas en el que animales como «Big Boy» vivirán en condiciones ambientales adecuadas y con todos los cuidados necesarios a cargo de especialistas en fauna silvestre para garantizar su bienestar.
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