El repartidor venezolano de alimentos Pablo Toro no está involucrado en el comercio de criptomonedas y no tiene vínculos con plataformas de blockchain, pero indirectamente utiliza fichas digitales cada vez que envía dinero a su familia.
Toro, quien emigró a Colombia en 2019, usa una aplicación llamada Valiu que recibe los pesos colombianos que gana trabajando en las calles de Bogotá y posteriormente deposita los bolívares en una cuenta bancaria venezolana.
Para la economía de Venezuela, sumida en la hiperinflación y rodeada de sanciones, la operación no es tan sencilla. Valiu usa pesos para comprar criptomonedas que luego vende en LocalBitcoins, un sitio global que facilita el comercio de fichas digitales en monedas locales.
Para Toro la plataforma es más confiable que los cambistas informales, el principal canal para que los migrantes venezolanos usan para mandar dinero a casa. Y no necesita el tradicional envío que debe comprarse en persona.
“Cuando no hay electricidad (en Venezuela), cuando no hay conexión a internet, eso influye demasiado en cuánto toma en hacerle llegar una remesa o una ayuda económica a la familia”, dijo Toro, quien renunció a su trabajo como guardia de seguridad porque con su salario no podía comprar ni la comida del día.
Ahora, “no tengo que estar pendiente si en Venezuela se cayó la señal o de si aquí se cayó la señal”.
A medida que la hiperinflación y las sanciones de Estados Unidos hacen que la economía de Venezuela sea cada vez más disfuncional, las criptomonedas están emergiendo como una forma de brindar servicios que en otros países son manejados por el sistema bancario tradicional.
Se ha convertido en una herramienta para enviar remesas, proteger los salarios de inflación y ayudar a las empresas a gestionar el flujo de caja de forma rápida ante la depreciación, según entrevistas con usuarios de criptomonedas y expertos.
El uso de criptomonedas en América Latina ganó nueva atención en junio después de que El Salvador adoptó el bitcóin como moneda de curso legal. Además, ha ganado popularidad en Argentina en respuesta al resurgimiento de la inflación.
En un informe publicado en 2020, Chainalysis, una startup que investiga transacciones de blockchain, clasificó a Venezuela en tercer lugar en su Índice Global de Adopción de Criptografía, una clasificación impulsada en gran parte por los altos volúmenes de transacciones en bolívares.
La minería de criptomonedas, que utiliza computadoras de alta potencia para resolver complejos problemas matemáticos, es una forma atractiva de generar ingresos adicionales ante los precios ultrabajos de la energía de Venezuela, pero el ciudadano promedio no puede pagar por los equipos.
“Valiu compra y vende bitcóins en lugar de cambiar directamente pesos a bolívares debido a la falta de disponibilidad de esa moneda en los mercados regulados”, dijo Alejandro Machado, jefe de programas piloto de Valiu.
Las operaciones en bolívares en la plataforma LocalBitcoins son las más grandes por valor de las monedas latinoamericanas, según datos de la firma, analizados por el asesor de blockchain, UsefulTulips.
LocalBitcoins no respondió a una solicitud de comentarios.
Operadores y expertos de criptomonedas dicen que los volúmenes en el sitio han caído por la creciente popularidad de Binance, una de la mayores plataformas de divisas digitales del mundo, que ofrece operaciones de una variedad de tokens.
Estos incluyen las llamadas “monedas estables”, cuyos valores permanecen sin mayores variaciones con respecto a un activo específico, como el dólar estadounidense.
Las operaciones en bolívares en Binance han aumentado un 75% desde mayo, convirtiendo a Venezuela en el único país en América Latina cuyos volúmenes comerciales han aumentado desde que los precios del bitcóin empezaron a bajar bruscamente en las últimas semanas, según un portavoz de la plataforma.
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, anunció en 2017 la creación de una criptomoneda respaldada por el Estado llamada petro, pero que tiene poca aplicación práctica.
Así, una parte importante de las cripto operaciones en Venezuela implica que las empresas cambien bolívares para combatir la inflación, dijo el economista y experto en finanzas Aaron Olmos.
“El cripto sí se está utilizando para paliar la situación económica que hay”, dijo Olmos. “Nadie te va decir ‘cada noche cuadramos caja pasamos los bolívares a bitcóin’. Sin embargo, sí se está haciendo”.
Reuters
El repartidor venezolano de alimentos Pablo Toro no está involucrado en el comercio de criptomonedas y no tiene vínculos con plataformas de blockchain, pero indirectamente utiliza fichas digitales cada vez que envía dinero a su familia.
Toro, quien emigró a Colombia en 2019, usa una aplicación llamada Valiu que recibe los pesos colombianos que gana trabajando en las calles de Bogotá y posteriormente deposita los bolívares en una cuenta bancaria venezolana.
Para la economía de Venezuela, sumida en la hiperinflación y rodeada de sanciones, la operación no es tan sencilla. Valiu usa pesos para comprar criptomonedas que luego vende en LocalBitcoins, un sitio global que facilita el comercio de fichas digitales en monedas locales.
Para Toro la plataforma es más confiable que los cambistas informales, el principal canal para que los migrantes venezolanos usan para mandar dinero a casa. Y no necesita el tradicional envío que debe comprarse en persona.
“Cuando no hay electricidad (en Venezuela), cuando no hay conexión a internet, eso influye demasiado en cuánto toma en hacerle llegar una remesa o una ayuda económica a la familia”, dijo Toro, quien renunció a su trabajo como guardia de seguridad porque con su salario no podía comprar ni la comida del día.
Ahora, “no tengo que estar pendiente si en Venezuela se cayó la señal o de si aquí se cayó la señal”.
A medida que la hiperinflación y las sanciones de Estados Unidos hacen que la economía de Venezuela sea cada vez más disfuncional, las criptomonedas están emergiendo como una forma de brindar servicios que en otros países son manejados por el sistema bancario tradicional.
Se ha convertido en una herramienta para enviar remesas, proteger los salarios de inflación y ayudar a las empresas a gestionar el flujo de caja de forma rápida ante la depreciación, según entrevistas con usuarios de criptomonedas y expertos.
El uso de criptomonedas en América Latina ganó nueva atención en junio después de que El Salvador adoptó el bitcóin como moneda de curso legal. Además, ha ganado popularidad en Argentina en respuesta al resurgimiento de la inflación.
En un informe publicado en 2020, Chainalysis, una startup que investiga transacciones de blockchain, clasificó a Venezuela en tercer lugar en su Índice Global de Adopción de Criptografía, una clasificación impulsada en gran parte por los altos volúmenes de transacciones en bolívares.
La minería de criptomonedas, que utiliza computadoras de alta potencia para resolver complejos problemas matemáticos, es una forma atractiva de generar ingresos adicionales ante los precios ultrabajos de la energía de Venezuela, pero el ciudadano promedio no puede pagar por los equipos.
“Valiu compra y vende bitcóins en lugar de cambiar directamente pesos a bolívares debido a la falta de disponibilidad de esa moneda en los mercados regulados”, dijo Alejandro Machado, jefe de programas piloto de Valiu.
Las operaciones en bolívares en la plataforma LocalBitcoins son las más grandes por valor de las monedas latinoamericanas, según datos de la firma, analizados por el asesor de blockchain, UsefulTulips.
LocalBitcoins no respondió a una solicitud de comentarios.
Operadores y expertos de criptomonedas dicen que los volúmenes en el sitio han caído por la creciente popularidad de Binance, una de la mayores plataformas de divisas digitales del mundo, que ofrece operaciones de una variedad de tokens.
Estos incluyen las llamadas “monedas estables”, cuyos valores permanecen sin mayores variaciones con respecto a un activo específico, como el dólar estadounidense.
Las operaciones en bolívares en Binance han aumentado un 75% desde mayo, convirtiendo a Venezuela en el único país en América Latina cuyos volúmenes comerciales han aumentado desde que los precios del bitcóin empezaron a bajar bruscamente en las últimas semanas, según un portavoz de la plataforma.
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, anunció en 2017 la creación de una criptomoneda respaldada por el Estado llamada petro, pero que tiene poca aplicación práctica.
Así, una parte importante de las cripto operaciones en Venezuela implica que las empresas cambien bolívares para combatir la inflación, dijo el economista y experto en finanzas Aaron Olmos.
“El cripto sí se está utilizando para paliar la situación económica que hay”, dijo Olmos. “Nadie te va decir ‘cada noche cuadramos caja pasamos los bolívares a bitcóin’. Sin embargo, sí se está haciendo”.
Reuters