Los enormes filamentos intergalácticos, invisibles directamente, pero cuya presencia en el espacio se advierte debido a la influencia que ejercen en la luz emitida por otros cuerpos celestes más lejanos, están en movimiento. No simplemente se alejan o se acercan a nosotros, sino que están girando, comunicó este lunes el Instituto de Astrofísica Leibniz, con sede en la ciudad alemana de Potsdam.
Los investigadores han podido calcular el momento angular para algunos de estos movimientos. Este momento es la función clave para describir precisamente la rotación y deja claro que estos conectores de materia giran «a escalas nunca antes vistas», que abarcan cientos de millones de años luz.
El primer autor de este descubrimiento, el astrofísico Peng Wang, se refiere a estos filamentos apenas detectables como una especie de «superautopistas cósmicas». Estos «finos cilindros», comparables en sus proporciones con un lápiz, contienen galaxias, pero «a estas escalas, las galaxias dentro de ellos son en sí mismas unas muestras de polvo».
Normalmente la materia fluye desde las regiones menos densas hacia las superdensas y su desplazamiento se efectúa en vórtices o en órbitas en forma de hélice. No obstante, las fuerzas responsables de esta rotación descomunal son un problema sin resolver para el equipo de Potsdam, puesto que «no existe rotación primordial en el universo primitivo» y cualquier rotación se genera a medida que se forman estructuras en el espacio.
El equipo ha llegado a este descubrimiento mediante el uso de un sofisticado mapeo de los cúmulos galácticos del espacio lejano y mediciones de las diferencias en el desplazamiento hacia el rojo (situación en la que la radiación electro magnética que se emite o refleja desde un objeto, es desplazada hacia el rojo al final del espectro electromagnético) entre las vecinas regiones visibles del cielo que podrían ser unidas con un filamento. Estas variaciones en el corrimiento al rojo señalan, en función del ángulo de visión, cuál es la diferencia de velocidad entre las galaxias que se alejan y se acercan del supuesto cilindro.
«La rotación del filamento se detecta más claramente cuando se observa de canto», detallan los investigadores en el artículo publicado este 14 de junio que resume las mediciones realizadas. Además, se detecta más rotación cuanto más masivos son los halos que rodean las fuentes de luz localizadas en cada extremo de los filamentos.
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