El pleno de la Corte Suprema de Brasil juzgará desde el próximo jueves dos recursos que piden la suspensión de la Copa América, cuyo comienzo está previsto en este país el domingo 13 de junio.
EFE
Según informó este martes el propio tribunal, el juicio se desarrollará de forma virtual y los once miembros de la corte tendrán un plazo de 24 horas para pronunciarse en las plataformas digitales de la institución, por lo que el fallo sería conocido el viernes.
Las dos acciones que serán juzgadas, que piden la suspensión de la Copa América debido a la altísima incidencia de la pandemia de COVID-19 en el país, donde ya murieron casi 475.000 personas, han sido presentadas por el Partido Socialista Brasileño (PSB) y la Confederación Nacional de Trabajadores Metalúrgicos.
La próxima edición de la Copa América iba a ser organizada de forma conjunta por Argentina y Colombia, pero ambos países, por diversas razones, renunciaron a organizar el torneo, que la Confederación Suramericana de Fútbol (Conmebol) le encomendó entonces a Brasil, pese a que es uno de los países más afectados del mundo por la pandemia.
El Gobierno del ultraderechista Jair Bolsonaro ha respaldado esa decisión, que ha generado una ola de críticas por parte de toda la oposición de izquierdas e incluso de derechas, y de especialistas en salud pública que advierten sobre el riesgo que encarna.
Organizaciones científicas también han alertado de que Brasil está a las puertas de una nueva ola de la pandemia, cuando aún se mantiene con altísimas tasas de muertes, que en las últimas dos semanas han registrado un promedio superior a las 1.600 por día.
Sin embargo, el ministro de Salud de Brasil, Marcelo Queiroga, afirmó este martes que la celebración de la Copa América no supone «riesgos» para la población, pues los protocolos sanitarios que han sido elaborados para el evento «son seguros».
«El riesgo para la población es el mismo, con o sin Copa», pues las 650 personas que se calcula que sumarán las delegaciones, entre futbolistas, técnicos y personal de apoyo, «estarán aisladas» en sus hoteles y sólo saldrán en autobuses «controlados» para entrenarse y dirigirse a los estadios en que se jugarán los partidos, dijo.
«No veo riesgos desde el punto de vista epidemiológico», insistió Queiroga, quien apuntó que «la práctica de deportes está liberada» en Brasil, al punto de que, desde hace meses, se juegan campeonatos nacionales, regionales y decenas de partidos de la Libertadores y la Suramericana o las eliminatorias para el Mundial de Catar 2022.
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